IV.
Euskara, euskera, vasco, basco, vascuence, bascuence, vascones, vizcaíno, guipuzcoano, labortano, Labourd, Guipúzcoa, Álava, Bilbao, Bilbo, Donostia, San Sebastián, bajo-navarro, Navarra, Vilinch, Indalecio Bizcarrondo, Claudio, Otaegui, Euskal erría, vascongado, bascongado, eúscaro, Vitoria, Zarautz, Iruña, Pamplona, Pampilona, Eusebio María Dolores de Azcue, Elizamburu, Iztueta, Iturriaga, Aizquibel, Moguel, Cardaberás, Lardizábal, Erro, Guerrico, Larramendi, Chaho,
domingo, 3 de septiembre de 2023
IV. Artzaingoa, Joanes Berjes.
sábado, 2 de septiembre de 2023
III. Laborariaren dohatsutasuna
III.
Laborariaren dohatsutasuna
por M. Guilbeau.
Esta composición, inspirada en los mejores modelos clásicos de su género, e imitada principalmente del maestro entre los maestros en la poesía bucólica, el inmortal Virgilio, revela en su autor una excelente educación literaria, un delicado gusto artístico, y condiciones no despreciables de poeta.
El Sr. Guilbeau, que escribió esta composición a los veintitrés años de edad, cuando aún no había abandonado las aulas, tenía frescos en su memoria los clásicos latinos, y si a esto se agrega su amor a la naturaleza y a la vida del campo, como hombre que ha nacido en un país montañoso y tan pintoresco como es el país euskaro, no se extrañarán ni el tema elegido para este bellísimo cuadro, en el que se pintan con los más risueños colores la tranquila y dichosa vida del labrador, sus sencillas delicias y su envidiable bienestar, ni los muchos rasgos que aparecen en la composición tomados de Virgilio, y vertidos o imitados en lengua euskara con tanta discreción como acierto.
El Sr. Guilbeau, entusiasta apasionado de la lengua y la poesía bascongadas, que ha cultivado con cariño desde sus juveniles años, nació en el pueblo de Urruña, (región de Labourd), el 2 de agosto de 1839, hizo sus primeros estudios en el colegio de San León (hoy San Luis) de Bayona; pasó a los veinte años a Burdeos, donde cursó dos años la carrera de Medicina, y de allí marchó a París, donde la terminó, regresando en 1868 al país natal, a ocupar la plaza de médico de San Juan de Luz, en la que es sucesor de otro médico poeta, euskaro también, el Doctor Larralde.
A los 16 años de edad demostró ya sus aficiones literarias, escribiendo en el colegio en que estudiaba un poema lírico, titulado: La prière de la Cannadienne, y desde aquella fecha comenzó asimismo a cultivar la poesía bascongada, ofreciendo como primer fruto de sus tareas la composición Euskaldun baten bihotz-minak Indietan, a la que han seguido otras muchas, de diversa índole, varias de las cuales han obtenido premios y menciones honoríficas en los concursos poéticos de Sara y Urrugne.
M. Martin Guilbeau, cuenta hoy 40 años, aunque su severa fisonomía y la gravedad de su carácter hacen que represente algunos más, posee bien el bascuence labortano, y conoce perfectamente no sólo la región basco-francesa, sino también la Navarra basco-española, especialmente el Baztán.
Recientemente ha publicado un curioso folleto sobre Les agoths du Pays Basque (Bayona, 1878), y otro titulado: Quelques mots sur les Bains de mer, y según me manifestó en una de las visitas que tuve el gusto de hacerle, hará poco más de dos años, en sus ratos de ocio viene formando un Vocabulario de nombres vulgares euskaros de peces, aves, plantas, flores y arbustos del país, y acaricia también el proyecto de escribir en bascuence un tratadito de Medicina popular.
He tenido asimismo la curiosidad de hojear el cuaderno manuscrito de sus poesías, entre las que tiene bastantes inéditas, y conozco y poseo en mis Albums las tituladas, Euskaldun desterratua, Udako eghun eder baten arratsa, Hetika baten azken bedatza, Nere maiterena, y Enadak, edo herriaren oroitzapena, todas ellas muy apreciables y no escasas de mérito literario.
Las ocupaciones propias de su carrera, le retienen hace años bastante alejado de las Musas, contribuyendo al mismo fin los cargos populares que en estos últimos tiempos viene desempeñando con alguna frecuencia. M. Guilbeau es actualmente Alcalde de San Juan de Luz.
Su composición Laborariaren dohatsutasuna, será, sin duda, leída con placer por los lectores del Cancionero.
Laborariaren dohatsutasuna.
Urrun hirietako arrabotsetarik,
Gorthetako atseghin galgarrietarik,
Dohatsu, pena gabe, bizi da bakharrik,
Hark baizen nork othe du holako zortherik.
Goizean-goiz jeikirik badoha lanera
Bere neke izerdiz lurra bustitzera,
Eghuna igan eta eldu da etchera
Aphur bat familian lana ahanztera.
Gaüak harentzat ez du atsegin gorderik,
Haren goiz-albak ez du aghur eghilerik;
¿Nork othe du zorion hark bezalakorik?
¿Nork othe du munduan haren sosegurik?
Unghi prezatzen badu bere zoriona
Hartan du aurkituren zorthe hoberena;
Jelosiarik-gabe du hark bake ona,
Haren etchetik urrun dago bihotz-mina.
Bai miletan dohatsu da laboraria
Bakean bai tarama gozoki bizia,
Ez du ez ezagutzen zer dan eskasia,
Guzientzat hark badu bere pobresia.
Ikustekoak dire haren haür chumeak,
Eder eta freskorik dagozi guziak,
Eta non othe dire soldadu hobiak,
Askarragorik ez du aurkitzen Franziak.
Udako beroetan baskaldu ondoan
Ertankara jarririk dago itzalpean,
¡Oi dohatsutasuna ez dena hirian
Bake pare-gabea alhorren erdian.
Urrun erresumetako nahasmendutarik (N. E. nota)
Ez daki zer den berri, baden ez gherlarik,
Bizi da soseguan, ez da erregherik,
Ez printze, ez aberatz, hain dohasu denik.
M. GUILBEAU.
(N. E. nota: Esta palabra me ha recordado a Apu Nahasapeemapetilon de Los Simpson, estereotipo de emigrante indio, de la India. No sé cómo se lee ni pronuncia el sánscrito, ni muchas otras lenguas de la India, pero leo a menudo raíces indo-europeas en las etimologías.
Véase The Apu Trilogy, by Satyajit Ray.)
Le bonheur de l' homme des champs.
Loin du fracas des villes, des plaisirs trompeurs des palais, heureux!
sans soucis, il vit dans sa solitude, qui autre que lui jouit d' un bonheur pareil!
Se levant, à l' aube, il se rend à son travail, tremper le sol de sa sueur. Le jour fini, il rentre à son foyer pour oublier, au milieu de sa famille, la fatigue du labeur.
La nuit n' a point pour lui de plasir caché. Son reveil n' a point ni adorateurs ni courtisans. Qui possede un bonheur pareil? Qui dans le monde savoure une plus douce tranquillité?
S' il sait reconnaitre son bonheur, c' est la qu' il trouvera la meilleur destinée. Sans envieux, il jouit de la paix du cœur, le chagrin habite loin de son toit.
Oui mille fois heureux est le laboreur, parce qu' il coule doucement son existence! Il ne connait point ce qu' est le besoin. Il partage, à tout le monde, le peu qu' il possède.
Il sont à voir ses petits enfants, beaux et frais sont tous. Et où y a-t-il de soldats meilleurs? De plus robustes la France n' en possede pas.
Dans les chaleurs d' été, après son diner, mollement couché il se repose à l' ombre. O bonheur! qui ne se trouve point dans la ville, douceur sans pareille au milieu des champs!
Loin des troubles des royaumes, il ignore ce qu' il se passe, ou s' il y a quelque guerre. Il vit dans la quietude, il n' y a, ni roi, ni prince, ni riche, plus heureux que lui.
Traducción interlineal basco-castellana.
Dicha del labrador.
Laborariaren dohatsutasuna.
(N. E. laborare : labrar : llaurar; labor; laburo en Argentina; sinónimos de trabajo: aunque la etimología sea tripalium, el significado se unificó. Menos samba e mais trabalhar)
...
II. Poesía bucólica. Églogas. - Idilios. églogas I y III de Virgilio, Agustín Iturriaga.
II.
Poesía bucólica.
Églogas. - Idilios.
Traducciones en berso bascongado,
dialecto de Guipúzcoa,
de las églogas I y III de Virgilio,
por D. Agustín Iturriaga.
De entre los trabajos literarios que nos ha legado este ilustrado escritor, merecen señalarse en primer término, así por su importancia como por las dificultades sin cuento que ofrecen tareas de esta índole, las excelentes versiones de las Églogas I y III de Virgilio, incluidas en las últimas páginas de su colección de Fábulas, con los títulos de Artzai Koplak, y Koplarien tema Palemon Juez dutela, que creo de mi deber reproducir en esta sección a la cabeza de las poesías bucólicas.
Empresa tan difícil como meritoria es siempre la traducción de producciones de este género, que ofrecen grandes escollos por su misma popularidad y por el renombre que han alcanzado a los autores que las crearon, y estos escollos y estas dificultades crecen de punto cuando se trata de verterlas a una lengua tan original y tan flexible, sí, pero tan poco cultivada literariamente como la lengua bascongada.
El Sr. Iturriaga intentó, no obstante, la empresa, y como si las dificultades que ofrece la versión aun en prosa no fuesen ya por sí solas bastantes, quiso aumentar todavía el mérito de sus traducciones, realzándolas con las galas de la versificación.
En cuanto a su ejecución, están hechas con tal esmero, hay tanta naturalidad en aquellos diálogos, tal espontaneidad en la frase y tal facilidad en el verso, que si no fuera por ciertas alegorías y alusiones, pasarían ciertamente por originales. Y este es el mayor elogio que de ellas puede hacerse.
El Sr. Iturriaga ha tenido la fortuna de dar en sus versiones con el suspirado justo medio, quitándoles la aridez y aun la oscuridad de que generalmente adolecen las traducciones literales, demasiado apegadas al texto, y huyendo del extremo contrario, no menos peligroso, de que éste no se dé a conocer sino como una mera imitación, con todos los defectos de tal, y sin ninguno de los primores del original, como acontece en muchas de las versiones que se han hecho a casi todas las lenguas de las obras de Virgilio y de otros escritores clásicos.
En comprobación de ello, y para que de este modo pueda apreciarse mejor todo el mérito de los trabajos del insigne escritor hernaniense, ofrezco frente a frente de sus versiones, su traducción interlineal basco-castellana, que el lector curioso o erudito puede luego cotejar con algunas de las muchas versiones que de Virgilio se han hecho al castellano, desde Juan de la Encina, hasta nuestro paisano D. Eugenio de Ochoa. (1: Obras completas de P. Virgilio Marron, traducidas al castellano por D. Eugenio de Ochoa, de la Academia Española. Madrid, 1869.)
El lector profano en el bascuence no debe perder de vista al hacer este estudio comparativo, que las versiones de Iturriaga no han podido menos de desvirtuarse bastante al hacerse de ellas una nueva traducción, y traducción interlineal por añadidura.
El escritor y presbítero hernaniense ha encontrado además otra ventaja no despreciable en el fondo mismo y en la forma de las dos églogas elegidas para su versión: su carácter y corte especial.
Sobre todo, la titulada Palemon (Koplarien tema) refleja admirablemente esas luchas de bersolaris o koplakaris (improvisadores), tan comunes en el país bascongado, y gracias a esta circunstancia, sus traducciones han alcanzado una popularidad que no ha cabido en suerte a otras versiones del poeta mantuano, y tienen la fortuna de ser leídas con verdadero deleite aun por nuestros más rústicos e incultos aldeanos, que creen así presenciar una de esas lides a que están ellos tan acostumbrados.
Tengo entendido que hay también una traducción de las Églogas hecha en prosa guipuzcoana por D. Baltasar de Mendía, pero no conozco dicho trabajo, ni he podido adquirir de él otra noticia que la de su existencia.
Para terminar estos ligerísimos apuntes, he aquí ahora sumariamente expuesto el argumento de las dos Églogas en cuestión.
Virgilio (o más bien su padre, según casi todos los intérpretes), bajo la figura del pastor Títiro, encarece à Melibeo su gratitud al emperador Octavio, por haberle restituido las tierras que perdió en el reparto que de las de Cremona y Mantua se hizo entre los veteranos del Triumviro, después de la batalla de Filipos, en pena de haberse adherido la primera de aquellas ciudades a la parcialidad de Casio y Bruto, jefes del partido republicano, vencidos en aquella sangrienta jornada. No bastando las tierras de Cremona para todos los veteranos, se les agregaron en el reparto, según la bárbara costumbre de aquellos tiempos, las de los territorios limítrofes, y entre ellas las de Mantua, en que radicaba la modesta heredad de Virgilio.
Melibeo, que personifica a los labradores cruelmente desposeídos, llama dichoso a Títiro, y llora su desgracia, como quien va sin esperanza de volver a ver su patria y su hogar, lamentándose ambos con este motivo de las desgracias que acarrea la guerra civil.
Los pastores Menalcas y Dametas, después de decirse groseras injurias, se desafían a cantar. Elegido Palemon árbitro de la contienda, no se atreve a decidirla, declarando a los dos iguales.
Pertenece esta bella composición al género llamado amebeo, que consiste en que improvisen dos alternativamente, diciendo el segundo algo más, o siquiera tanto como el primero, sobre el mismo tema u otro diferente.
I coplas de pastores - artzai koplak
II koplarien tema Palemon juez dutela
III laborariaren dohatsutasuna
IV artzaingoa Joanes Berjes
V artzain dohatsua Mendibil
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