III. - María,
IV. - Aingeru bati,
por
J. B. Elizamburu.
Dialecto labortano.
Mi estimado amigo el Sr. Elizamburu, a quien conocen antes de ahora los lectores del Cancionero, es uno de los poetas de quienes se enorgullece hoy con más razón la región de Labourd, que le cuenta en el número de sus más notables y predilectos escritores.
Elizamburu, nacido en el corazón mismo de Labourd, en uno de los pueblos en que se conserva más vivo el amor a la lengua y el culto a las antiguas costumbres del país, que no han sido bastantes a entibiar en él treinta años de continuada ausencia; hombre de una muy regular instrucción, y sobre todo de excelente gusto, lleno de cariño hacia las montañas que le vieron nacer y admirador entusiasta de sus patriarcales tradiciones, es uno de los poetas, cuyas producciones, llenas de encanto, se leen con el mayor placer y el más puro deleite.
Elizamburu, dotado de un exquisito sentimiento y de un gran instinto poético, sabe elegir con el mayor tino los asuntos para sus sencillos y populares cuadros, y poseyendo, como posee, una imaginación viva, que le proporciona hermosas alegorías y bellísimas imágenes para adornarlos, un lenguaje dulce y armonioso, y una frase castiza y elegante, no es extraño que sus composiciones encuentren tanto eco en el país, y sean tan apreciadas de los aficionados a nuestra poesía.
Las dos composiciones que reproduzco a continuación, de índole esencialmente distinta dentro de un mismo género, no son de las menos apreciables de entre las que figuran en su pequeña colección.
María es un cuadro de carácter realista, en el que el autor critica de una manera suave y delicada la tendencia de las Jóvenes que empiezan a mostrarse hostiles al trabajo de los campos, en el que han sido siempre las infatigables compañeras, las inteligentes cooperadoras del agricultor bascongado; Aingeru bati, es la descripción, llena de espiritualismo, de un ángel que el poeta ha encontrado en su camino, o lo que es más probable, que ha forjado en su mente, al calor de la inspiración, en uno de sus sueños de poeta.
Ambas son bellísimas producciones, y serán desde luego saboreadas por el lector, que no podrá menos de admirar sus bellezas de estilo.
Elizamburu es, sin duda alguna, el poeta labortano cuyos escritos rebozan más dulzura y delicadeza; es el Vilinch de Labourd; y hasta tal punto encuentro semejanzas entre ambos escritores, que creo, que estudiando detenidamente sus composiciones, no sería difícil encontrar muchísimas coincidencias, y no digo plagios, porque me consta que ni Vilinch ha conocido un solo trabajo de Elizamburu, ni éste tuvo noticia alguna del poeta easonense hasta que vieron la luz los primeros cuadernos del Cancionero.
María fue presentada al Concurso poético del año 1866, en el que obtuvo un premio, y se halla escrita sobre la música de un antiguo aire popular (Ikhazketako mandoa), que, trascrito para canto y piano, incluyo en el Apéndice de música, que aparece al fin de este volumen.
Aingeru bati, ha sido a su vez calcada sobre una romanza de A. Adam (Ópera, Si j' étais roi, Acto I, n.° 2.), de sabor eminentemente bascongado, (como puede apreciar por sí mismo el lector, que la encontrará también en el citado Apéndice), y que indudablemente ha sido recogida en nuestro país.
Las traducciones francesas, que acompañan a ambas composiciones, han sido hechas por el Sr. Elizamburu (1), expresamente para el Cancionero.
(1) Elizamburu, nació en el pueblecillo de Sara en 1828; ingresó voluntariamente en el ejército francés en 1849 (y no en 1829, como por error de imprenta apareció en el tomo II, serie II, página 23), ascendió a oficial en 1858, ingresó más tarde en los granaderos de la guardia imperial, de la que era teniente en 1866, al escribir su composición María, y capitán en 1870, y habiendo pedido su pase al servicio pasivo en 1876, a consecuencia del delicado estado de su salud, obtuvo su retiro definitivo en 1879, regresando a su amado país natal, del que ha vivido alejado durante treinta años, y fijando poco después su residencia en su pueblo nativo, en el que hace una tranquila y modesta vida.
III.
María.
Bertzek erran baitute nik baino lehen:
“Hainitz adituz dela hainitz ikhasten”
Uste dut on den,
Nik dakidan bezala guziek arren
Jakin dezaten,
Beraz aipha dezagun Maria nor den.
Aztal biribil eta zangar hertsia, (1)
Eskuaren betheko zango bihia (2)
Ttiki-ttikia, (3)
Golkho bat aberatsa, (4) lerden gerria,
Erne begia;
Nolako panpina (5) den horra Maria!
Erle bat (6) da Maria etche barnean,
Eta landan orobat hari lanean
Behar denean;
Aphaintzeko pulliki behin astean,
Noiz? Igandean;
Uztai beharrik ez du soinaren pean.
Solas alegera bat errana gatik,
Irri freskorik baizen ez dut izan nik
Maria ganik;
Adizkidekin ez du handitasunik;
Bainan hargatik!
Ez erran Mariari solas arinik!
Mariak baratzean badu berea,
Udan eta neguan lorez bethea
Errek-artea;
Bere loren artean erdi-gordea.
Gacho maitea, (7)
Bera da pullitena hango lorea!
Mariak balinbadu moltsa joria,
Merkatura guateko badu saskia
Churi-churia; (8)
Arroltze lau dotzena, oilasko bia,
Salduz guzia,
Zertako den aberats horra Maria!
Jendek errana-gatik hal'eta hola, ...
Maria batzuetan ez jakin nola
Goibel (9) dagola;
Bertzetan nigartto bat jausten zaiola...
Zer zaio achola?
Baluke nahi balu aise kontsola!
Igandetan Maria zinez panpina;
Zapata chabalekin soin motch urdina
Berak egina;
Elizako bidean arin-arina,
Mila sorgina! (10)
Errege baldin banitz zer erregina!
I.
MARIE.
Comme d' autres on dit avant moi:
Que "c' est en entendant beaucoup qu' on apprend beaucoup"
Je crois qu' il est bon,
Afin que tous sachent comme je le sais
Qui nous disions donc qui est Marie.
Mollet rond et jarret mince,
Pied qu' une main contiendrait,
Tout petit, tout petit,
Riche poitrine, taille svelte,
Oeil vif;
Voilà quelle poupée est Marie!
Dans la maison Marie est une abeille,
Et elle ne dédaigne pas de travailler aux champs
Quand' il le faut;
Pour se parer gentiment une fois par semaine,
Quand? Le dimanche;
Elle n' a pas besoin de cercle (crinoline) sous sa robe.
Si quelque fois j' ai dit une parole gaie,
Je n' ai reçu que frais rire
De Marie;
Elle n' a pas de fierté avec les amis;
Mais, pourtant!
N' allez pas dire à Marie de paroles légères!
Marie possède au jardin, lui appartenant en propre,
Et garnie de fleurs eté comme hiver,
Un carré;
Á moitié cachée au milieu de ses fleurs,
Pauvre petite,
C' est elle qui est la plus jolie fleur du carré.
Si Marie possède une petite bouse bien garnie,
C' est qu' elle a, pour aller au marché,
Une corbeille toute blanche;
Quatre douzaine d' œufs d' un coté, deux poulets de l' autre,
En vendant le tout,
Voilà pourquoi Marie se trouve être riche!
Malgré que le monde dise et ceci et celà...
Que quelquefois Marie, on ne sait comment
a l' air triste;
Que, d' autres fois, un pleur coule de ses yeux...
Que lui importe?
Elle trouverait, si elle voulait, aisément à se consoler!
C' est le dimanche surtout que Marie est vraiment une poupée
Avec des souliers plats, robe courte et bleue
qu' elle a cousu elle même;
Parcourant d' un pas si leger, si leger, le chemin de l' église,
Ah! vertubleu!
Si j' étais roi, quelle reine. (N. E. reïne, royne)
(1) Aztal biribil eta zangar hertsia! La voz aztal-a, se traduce en general en el dialecto labortano por pantorrilla (mollet); en el guipuzcoano por pierna (jambe), jarrete (jarret), y úsase como sinónimo de zanko-a, en el bn., por talón (talon). Pouvreau escribe astal-a, con s. - Su propio autor ha traducido este verso: Mollet rond et jarret mince, frase que no me es dado verter al castellano con la claridad y precisión que deseara.
(2) Zango bihia. La parte baja de la pierna, tan diminuta, que puede contenerse o estrecharse en la mano.
(3) Ttiki-ttikia. Antes de ahora he hablado de repeticiones de este género, tan comunes y expresivas, que se usan frecuentemente en bascuence, a guisa de superlativos. La palabra ttiki, se pronuncia de una manera muy semejante a chiki, dando a la ch inicial (ch francesa) toda la expresión posible de dulzura.
(4) Golkho bat aberatsa... seno rico, es decir, pronunciado. Nótese la delicadeza con que está usada la voz aberatsa.
(5) La voz panpina, significa propiamente en el dialecto labortano muñeca (poupée), y se aplica por extensión en sentido laudatorio a las niñas bien puestas o adornadas. El dialecto guipuzcoano emplea en la misma acepción, y como sinónima de esta, la voz panposa, que dudo se halle en ningún Diccionario.
(6) La voz erle-a (abeja - abeille) se halla usada como personificación del trabajo, de una constante laboriosidad.
(7) Frase dulcísima, e intraducible literalmente. Dice mucho más que la empleada como correspondiente en francés: pauvre petite, y la de pobre pequeñuela, de que uso en mi versión castellana.
(8) Churi-churi-a. Blanco - blanquísimo.
(9) Goibel-a. d. d., oscuro. Dícese generalmente hablando del
cielo o del horizonte, y procede indudablemente de goi-beltz-a, (alto o altura negra). En sentido figurado se aplica a las personas, en la acepción de sombrío, triste.
(10) Exclamación originalísima que equivale literalmente a ¡mil brujas!
I.
MARÍA.
Como otros han dicho antes que yo, "que oyendo mucho mucho se aprende", creo que es bueno, para que todos sepan como yo sé, que digamos quién es María.
Torneada pantorrilla, reducida tibia, de pie que podría coger en una mano, pequeño, pequeñísimo, rico seno, talle esbelto, ojo vivo y penetrante; ¡hé ahí qué linda doncella es María!
María es una abeja en el hogar, y no tiene asimismo inconveniente en trabajar en el campo, cuando es preciso; y para adornarse graciosamente una vez a la semana, ¿cuándo?, el domingo, no necesita de miriñaque bajo su vestido.
Si alguna vez le he dicho (le he dirigido) alguna frase alegre (festiva), sólo he obtenido de ella una fresca risotada; no tiene vanidad alguna con sus amigos, pero, por lo mismo, no dirijáis a María palabras ligeras (frases atrevidas).
María posee un jardín, propio suyo, lleno de flores, así en verano como en invierno: medio oculta entre sus flores, la pobre pequeñuela, es ella la más bonita de entre todas aquellas flores.
Si María posee una bolsa bien repleta, es que ella tiene una cesta, blanca, blanquísima, para acudir al mercado; cuatro docenas de huevos por una parte, dos pollitos por otra, para venderlo todo... ¡Hé ahí por qué se encuentra rica María!
Aunque el mundo diga esto y aquello... que María, sin saber por qué, está a veces, triste y sombría; que, otras, una lágrima se desliza de sus ojos... ¿qué le importa a ella? Ella encontraría fácilmente consuelo si quisiera.
¡Cuán bella, cuán adornada está María, sobre todo los domingos!; con zapatos bajos, vestido corto azul, cosido por ella misma, marchando ligera camino de la Iglesia... ¡mil brujas! si yo fuera rey qué reina.