lunes, 21 de agosto de 2023

Primera serie. Tomo IV. Poesías alegóricas.

Primera serie. 

Tomo IV. 

Poesías alegóricas.

A. S. A.

el príncipe Luis Luciano de Bonaparte.

Dignaos, Señor, admitir esta humilde ofrenda, modesto testimonio de respetuosa consideración de un bascongado que admira vuestros talentos, y que aprecia en cuanto valen vuestros nobles y desinteresados esfuerzos en favor de la lengua de sus mayores.

Vos, Señor, con vuestro profundo amor a los estudios filológicos, vuestra clara inteligencia, vuestra incansable laboriosidad, y vuestra generosidad sin límites, habéis hecho más que otro alguno en favor de la original y maravillosa lengua euskara, contribuyendo en primer término a sacarla de la oscuridad y el menosprecio en que yacía, y dándola a conocer y haciéndola apreciar al mundo científico con vuestros importantes trabajos, monumento imperecedero levantado al armonioso y prehistórico idioma de los euskaldunas, y orgullo de los bascongados, que jamás olvidarán vuestro nombre, grabado indeleblemente en sus corazones con el sello de la admiración y de la gratitud.

Nada vale, Señor, para quien como Vos posee tan vastos conocimientos de la lengua euskara, este humilde trabajo que pongo bajo la egida de vuestro respetable nombre; me atrevo, no obstante a rogaros, os dignéis aceptarlo con vuestra acostumbrada benevolencia, y teniendo en cuenta, no su escasísimo mérito, si es que alguno tiene, sino el modesto recuerdo que representa hacia Vos, y el símbolo de admiración por vuestros titánicos esfuerzos.

Recibid, Señor, el testimonio de la más distinguida consideración de vuestro atento S. S.

Q. B. S. M.

José Manterola. 


San Sebastián 1.° de febrero de 1878.


Prólogo.

Deseoso de que el Cancionero vasco sea una colección completa de poesías escritas en los diversos dialectos de la lengua euskara, y pertenecientes a todos los géneros literarios que hayan sido más o menos cultivados por nuestros bardos, he destinado el presente tomo de la publicación a las llamadas Poesías alegóricas, entre las que tienen su natural cabida los Apólogos y las Fábulas.

Quizás parezca extraña a alguno esta inclusión en un Cancionero, que por su mismo nombre parece destinado exclusivamente a la publicación de poesías líricas; pero, ya lo he manifestado antes de ahora, y lo repito en esta ocasión, aspiro a que el Cancionero vasco sea, no sólo una colección más o menos completa de canciones, en el sentido general que se da a esta palabra, sino una verdadera Antología, en la que tengan cabida producciones de todos los géneros literarios.

En este concepto, no podía desterrar de la obra la Fábula, género literario que aunque modestísimo en la forma, encierra gran importancia por su fondo, puesto que, como ha dicho La Fontaine, "por los razonamientos y las consecuencias que pueden sacarse de ella, se forma el juicio y se modifican las costumbres.”

Su apariencia es pueril, pero bajo su aspecto sencillo encierra provechosas lecciones y útiles enseñanzas, llenando mejor quizás que otro género literario alguno el sabio precepto de Horacio de instruir deleitando.

Por otra parte, la Fábula que tiene su origen en la misma naturaleza humana, en el placer que experimenta el hombre en manifestar sus pensamientos por medio de imágenes y emblemas, para los que le presta extensa materia su imaginación, reviste un carácter universal y permanente, ha existido y existirá siempre, pertenece a todos los países y a todos los tiempos.

De aquí que su lectura sea siempre agradable, que la Fábula no envejezca, y que leamos hoy con el mismo placer que pudieron leer nuestros antecesores, las inmortales producciones de Esopo, Fedro, y demás ingenios que con tanto éxito han cultivado dicho género literario.

En la Fábula encuentra el niño, aparte de las amenas narraciones que recrean su imaginación, nutriendo a la vez su inteligencia con abundantes nociones acerca de las necesidades, las costumbres y manera de ser de los animales, sabios consejos, fecundas máximas, y útiles advertencias que le enseñan el arte de vivir, y van dándole a conocer la experiencia práctica del mundo.

Ella le corrige, sin advertirlo quizás, sus vicios más comunes, las torcidas inclinaciones que pueden nacer en su corazón, y le enseña a admirar la naturaleza, a amar a los animales, y a respetar y hacer bien a sus semejantes.

La edad madura lo mismo que la infancia, lo mismo la juventud que la edad viril, encuentran en estas ligeras narraciones, encubiertas bajo el velo de la alegoría, además de grato recreo, algo nuevo que aprender, o cuando menos mucho bueno que recordar.

Siendo, pues, tan importante este género literario, justo es darle la debida participación en este Cancionero.

La literatura euskara no cuenta con fabulistas originales, propiamente dichos: no hay en ella un Esopo, un Fedro, un La Fontaine, ni aun siquiera un Samaniego: no faltan, sin embargo, en el Parnaso vascongado poetas que con bastante éxito han cultivado este género de literatura, copiando los buenos modelos, traduciendo, imitando o arreglando lo más selecto de las fábulas conocidas, y revistiéndolas de caracteres y formas propias, que dan a algunas de estas versiones el mérito de una verdadera originalidad.

Deben citarse entre los fabulistas vascongados, la escritora vizcaína D.a Vicenta de Moguel, sobrina del virtuoso sacerdote e ilustrado vascófilo del mismo apellido, (D. Juan Antonio), señora muy versada en la lengua latina y en los estudios de filosofía, autora de varios opúsculos, y traductora de los documentos oficiales que en su época la encomendaba la Diputación foral del Señorío, la cual dio a la estampa, a principios de este siglo, una colección en prosa, la primera en su género, de cincuenta fábulas del insigne Esopo, traducidas al dialecto vizcaíno, con el título de Ipui onac, y seguidas de siete más en verso de D. Juan Antonio de Moguel, obra que se ha hecho ya rarísima; (1: Un tomo en 8.°, impreso en San Sebastián, en 1804, por Antonio Undiano) el ilustrado sacerdote D. Agustín Pascual de Iturriaga, Beneficiado de la villa de Hernani, y autor de diversos trabajos en lengua euskara, cuya colección de Fábulas y otras composiciones en verso vascongado, dialecto guipuzcoano, se publicó en 1842, en la imprenta de D. Ignacio Ramón de Baroja

(2: Esta curiosa obra, agotada ya, y que tengo entendido va a ser reimpresa nuevamente muy en breve, contiene cincuenta fábulas traducidas de los más insignes fabulistas, especialmente de Esopo, Fedro y Samaniego, tres o cuatro composiciones originales, una excelente versión de la primera Égloga de Virgilio, la Marcha de San Ignacio, conocida con el nombre de Marcha nueva, escrita por el Sr. Iturriaga, y la letra del antiquísimo baile basco, conocido con el nombre de Ezpata-dantza. Un tomo en 8.° español, de IV-200 páginas.)

el laborioso profesor francés M. J. B. Archu, que entre otras obras, dio a luz en 1848, en La Réole, una versión en versos vascongados, dialecto suletino, de cuarenta y nueve de las principales fábulas de La Fontaine, precedidas de algunas nociones generales acerca de la lengua euskara, y seguidas de un vocabulario vasco-francés; (1) y por último, el ilustrado sacerdote M. Goyetche, que poco más tarde tradujo en verso también, y en dialecto labortano, la mayor parte de las fábulas del gran escritor francés ya citado. (2) 

(1) La Fontainaren aleghia-berheziak, neurt-hitzez franzesetik uskarara itzuliak, J. B. Archu, Skolazaliak. La Réolen, Pasquieren moldeteghian. Un tomo en 8.° de 316 páginas.

(2) Fableac edo Aleguiac Lafontenenetaric berechiz hartuac, eta Goyhetche *Apheçac franxeselic escoarara berxutan *itçuliac Bayonan: Foré eta Laserrec imprimatuac, 1852. Un tomo en 18.° de XII-314 páginas, que contiene *150 fábulas, distribuidas en seis partes o libros.

Tenemos, pues, ya cuatro colecciones bastante curiosas todas y dignas de aprecio, que nos ofrecen modelos de fábulas en los cuatro dialectos, vizcaíno, guipuzcoano, suletino y labortano, y algo tomaré de cada una de ellas, ofreciendo así reunidas en este tomo diversas composiciones de un mismo género, que prestarán ancho campo para el estudio dialéctico de la lengua euskara, y para conocer mejor las analogías y diferencias que distinguen a cada una de las variedades de este antiquísimo y original idioma. 

De este modo podrán apreciarse a la vez en las distintas versiones hechas de una misma Fábula, los recursos empleados por los diversos autores, el sello especial impreso a la composición por cada uno de ellos, las variedades métricas, y las diferencias de sintaxis propias de cada dialecto.

Con el mismo fin, y para rendir a la vez un modesto recuerdo de gratitud y consideración al ilustre Príncipe Luis Luciano Bonaparte, a quien tanto debe la lengua euskara, y al que va dedicado este tomo del Cancionero vasco, precederá a las Fábulas la versión hecha bajo los auspicios y a expensas de tan distinguido vascófilo, de la Parábola del Sembrador, del Evangelio de San Mateo, que tanto se presta al estudio comparativo de las variedades dialécticas.

Dicha Parábola ha sido traducida a los ocho dialectos del vascuence, y a cuatro de sus sub-dialectos, siguiendo la clasificación hecha de este idioma por el citado Príncipe, y cuidadosamente impresa bajo los auspicios y a expensas de tan distinguido vascófilo acaba de ver la luz en Londres. (1: Diez y seis páginas en 8.° menor. Tirada solamente de *250 ejemplares. Londres, 1878.) 

Galantemente autorizado al electo por el Príncipe Bonaparte, al que tengo un verdadero placer en (N. E. página muy mal escaneada al principio) rendir con este motivo la expresión de mi sincera gratitud, incluyo en este tomo una reproducción exacta de dicho notabilísimo trabajo, que tengo la seguridad ha de ser leído con verdadera avidez por cuantos se interesan en el estudio de nuestro armoniosísimo idioma.

Completarán, por último, este tomo de la publicación, varias traducciones inéditas, o menos conocidas que las de las colecciones de Fábulas ya citadas, algunas de ellas expresamente hechas para el Cancionero.

Todos estos trabajos, a excepción de la Parábola del Sembrador, a la que me limito a acompañar la traducción castellana, van ilustrados con notas filológicas y gramaticales colocada al pie del texto respectivo, y seguidos de un Vocabulario final en el que se dan a conocer por orden alfabético todas las voces menos usuales, con expresión de sus diferencias dialécticas.

Tal es, brevemente expuesto, el programa de las materias que contiene este tomo, que viene ya a coronar la primera serie del Cancionero vasco. 

José Manterola. 

San Sebastián, 1.° de febrero de 1878.


Parábola sembrador traducida dialectos subdialectos vascuence

fábulas diversas varios dialectos vascuence

Itzteguia - vocabulario

apéndice serie primera - correcciones

Vocabulario basco - castellano - francés - A - Z

Vocabulario basco – castellano – francés de todas las voces euskaras contenidas en este volumen. (N. E. Consultar también  https://euskara-e...