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domingo, 27 de agosto de 2023

Segunda serie. Tomo III. Cantos históricos.

Segunda serie. 

Tomo III. 

Cantos históricos. 

1878.

Al Sr. D. Antonio de Trueba y la Quintana.

Mi querido amigo y respetable compañero: A ninguna de mis modestísimas obras he dispensado hasta hoy la cariñosa solicitud que a este pequeño volumen; predilección que se explicará V. perfectamente al saber que se trata de los Cantos Históricos de nuestra querida tierra, a cuya propaganda y más perfecto conocimiento he querido contribuir también en la escasa medida de mis fuerzas.

Al formar el plan de este humilde trabajo y antes aun de iniciarlo, hice el propósito de dedicárselo a V. como débil testimonio de afectuosa consideración al amigo, de admiración y de respeto al incansable cronista de Vizcaya, al popular cantor vascongado, y al distinguido narrador y poeta español, gloria de nuestro suelo y honra de su patria; y hoy que lo veo terminado, estampo con el mayor gusto al frente de estas páginas y junto a mi humildísimo nombre el de V., tan conocido como justamente respetado en el mundo de las letras.

Pobre, como mío, es el recuerdo que le ofrezco; confío, sin embargo, en que lo aceptará con su acostumbrada benevolencia y lo juzgará con su proverbial bondad.

Soy siempre de V. con la más distinguida consideración, afectísimo amigo

Q. B. S. M. 

José Manterola.

San Sebastián 13 de junio de 1878. 

Prólogo.

El estudio de los Cantos Históricos de los bascos es el objeto del presente volumen.

A su importancia histórica reúnen estas composiciones un gran valor filológico, pues muestran el sello originalísimo de la literatura especial de que forman parte, y contribuyen a la vez de una manera notable a dar a conocer el genio característico de esta antiquísima raza euskara, admirada del mundo por su heroísmo y su fiero amor a su independencia y su libertad, pero poco apreciada todavía en sus manifestaciones literarias, en las producciones de su inteligencia o de su fantasía.

Dos únicos monumentos de esta índole, de verdadero carácter histórico, conserva en el día la lengua euskara: el Canto de Lelo, o de los Cántabros, y el denominado de Altabiscar.

Aquel recuerda la guerra cantábrica; éste la derrota del ejército de Carlo-Magno en Roncesvalles.

El primero, cuya antigüedad se hace remontar al siglo de Augusto, es una relación sobria y austera de las luchas de Roma con los Cántabros, de las que nos muestra interesantes detalles; el segundo constituye un rudo y varonil canto que describe con gran verdad y colorido, cual pudiera hacerlo un testigo presencial, la catástrofe y las horribles angustias de las huestes francas, sorprendidas por los Bascos en los angostos desfiladeros de Altabiscar y de Ibañeta, de regreso a su país después de la fracasada intentona de Carlo-Magno de extender su ya vasto imperio por este lado de los Pirineos.

Ambas composiciones ofrecen, pues, una verdadera importancia histórica, por los grandes hechos a que se refieren, y aparte de ella muestran no menor valor, bajo el aspecto meramente literario, por su sabor verdaderamente primitivo, y por el carácter de originalidad que se observa en todas sus partes y detalles.

Del Canto de Lelo, al que la crítica literaria ha concedido un preferente lugar, y del que se han ocupado numerosos literatos nacionales y extranjeros desde que a principios de este siglo lo dio a conocer al mundo científico el sabio prusiano Guillermo de Humboldt (Wilhelm), ofrezco no solamente el texto original escrupulosamente copiado de la antigua Crónica de Íñiguez de Ibargüen, el rebuscador de este canto, sí que también el mismo texto aclarado por los diversos comentaristas e ilustrado con abundantes notas filológicas y gramaticales; una traducción completamente literal en prosa castellana, otra versión poética hecha ya con alguna libertad por el distinguido cronista del Señorío de Vizcaya, D. Antonio de Trueba, y extensos apuntes críticos en los que se indica brevemente la historia de esta composición, se analizan detenidamente su fondo y su forma, se exponen las principales opiniones emitidas por los literatos de más nota que se han ocupado en su estudio, y se refutan aquellas ideas expuestas, que en mi humilde sentir, son absurdas o poco verosímiles. Análogo trabajo he practicado sobre el magnífico y memorable Canto de Altabiscar, cuyo texto original en vascuence bajo-navarro ofrezco íntegro al lector, acompañado de una versión literal castellana, e ilustrado con numerosas notas y observaciones, y extensos apuntes críticos. A este canto sigue además una excelente traducción libre en verso castellano.

A estos dos documentos, únicos en su género y de su importancia que conserva la literatura euskara, siguen una breve noticia histórica de la famosa batalla de Beotivar, el exiguo fragmento que nos ha llegado del canto conmemorativo del triunfo obtenido en dicho punto por las fuerzas guipuzcoanas sobre las francesas y navarras el 19 de septiembre de 1321, y por último, el himno al Árbol de Guernica del famoso bardo guipuzcoano D. José María de Iparraguirre, que por su asunto y su significación se ha elevado en nuestros días a la categoría de un verdadero canto histórico-popular entre los Bascos.

Este último canto, así como los de Lelo y Altabiscar, va acompañado de una traducción literal castellana, ilustrado con diversas notas y observaciones, y precedido de un ligero juicio en que se traza a grandes rasgos su historia y se expone su significación.

Tales son los trabajos, objeto de estudio del presente volumen.

El laborioso escritor francés M. Michel incluye también en su excelente obra Le Pays Basque entre los cantos históricos de los Euskaldunas, unos versos en elogio de Domenjon González de Andia, célebre guipuzcoano de fines del siglo XV, (1) un canto anónimo en dialecto bajo-navarro, de los últimos años del siglo pasado, dedicado al Vizconde de Belsunce, (2) otro de la misma fecha en honor del Conde d' Estaing, escrito en vascuence labortano, (3) y aun alguno más, pero ninguna de estas composiciones reúne ni con mucho la importancia histórica y el valor literario de los Cantos de Lelo ni de Altabiscar, ni ha alcanzado tampoco la popularidad que el himno al Árbol de Guernica, por cuya razón he creído poder omitir su reproducción en este volumen.  

He puesto cuanto estaba de mi parte para que este estudio salga lo más completo posible, y será grande mi satisfacción si he conseguido aclarar con mi humilde esfuerzo cualquiera punto dudoso, o añadir un solo nuevo dato, de alguna importancia, a los ya conocidos sobre los Cantos Históricos de esta querida tierra vascongada, objeto del presente volumen. 

José Manterola. 


San Sebastián 1.° de junio de 1878. 


(1) Tan sólo se conserva de ellos la siguiente cuarteta:

"Sagarra eder, guezatea,

Guerriyan ere espatea,

Domenjon de Andia,

Guipuzcoaco erreguiá."

Domenjon de Andia, "el rey de Guipúzcoa", como se le apellida en este cantar, es uno de los personajes que más descuellan entre los que han intervenido en la dirección del régimen autonómico de Guipúzcoa, habiéndole cabido también una parte importantísima en el apaciguamiento de los Bandos Oñacino y Gamboino, (1457) en el Convenio de recíprocas indemnizaciones entre Inglaterra y Guipúzcoa celebrado el año 1474, y en el Tratado de Comercio estipulado por ambas partes contratantes en 1482. 

(2) Consta este canto, que puede verse en la citada obra de Michel, páginas 244 a 247, de 10 estrofas de a siete versos, con rima perfecta.

He aquí, por vía de muestra, dos de sus principales estrofas:

8.a

"Belzunceren izena,

Eta haren aomena

Urrunda hedatcen:

Erregueren gortetan,

Iri eta campañetan,

Norc ez du entzuten

Belsuncez mintzatzen?

9.a

Zuhaurren herritarrec,

Bai eta Laphurtarrec,

Goraki diote: 

"Euskualdunen lilia, 

Eta ohoragailla,

Zu zira, Belsunce.

Luzaz bici zaite."

Traducción. El nombre de Belsunce y su fama se extienden por do quiera. ¿Quién no oye hablar de Belsunce, ya en la Corte del Rey, ya en los pueblos, ya en los campos?

Tus propios conciudadanos, así como también los labortanos dicen en alta voz: "Tú eres, ¡oh Belsunce!, la flor y el orgullo de los Bascos. Que Dios te guarde largos años."

(3) Es una imitación del canto en elogio del Vizconde de Belsunce, hecha por D. J. Larregui, rector de Basussari, villa del Cantón de Bayona, y que consta de quince estrofas de a cuatro versos, consonantados por parejas.

He aquí para que el lector se forme una ligera idea de esta composición, que puede verse íntegra en la citada obra de Michel, pág. 248 a 252, las siguientes estrofas:

"Zuc gherla ghizonetan ¡oh d' Estaing noblea!

Daramazu, segur da, zuzenki lorea;

Ethorkiz zare jausten puruenetaric

Francian diren etche zaharrenetaric.


Maiz zure arbasoac dire seiñalatu,

Franciaco khoroa dute sustengatu,

Cembat ere odolac baitzaitu goratzen,

Zure bihotzac zaitu hobeki bistatzen."


Traducción. Sobre todos los guerreros, ¡oh noble señor d' Estaing!, has alcanzado la palma en buena ley. Por tu origen desciendes de lo más puro, de una de las más antiguas casas de Francia.

En muchas ocasiones se han distinguido tus antepasados: ellos han sido sostén de la Corona de Francia.

Pero aún más que tu rango te elevan tu valor y tus propios merecimientos.

Canto de Lelo

Canto de Altabiscar

miércoles, 6 de septiembre de 2023

VI. Miscelánea de poesías varias.

VI.

Miscelánea de poesías varias.


I.

A Juan Sebastián Elcano,

Oda bascongada 

por el P. José Ignacio de Arana.

Dialecto De Guipúzcoa.

Por la elevación de sus ideas, por su lenguaje eminentemente poético, sus hermosas imágenes y sus bellezas de dicción, puede señalarse esta oda entre las mejores con que cuenta la literatura bascongada.

Escrita por su autor hace algunos años, fue enviada en copia por uno de sus amigos al Concurso celebrado en San Sebastián en septiembre último, mereciendo ser favorecida en aquel certamen con uno de los premios.

El P. Arana, que no tuvo noticia de su presentación hasta después de conocido el resultado, ha introducido posteriormente en el texto primitivo algunas ligeras variantes, (entre ellas la del nombre del insigne marino a quien está dedicada, que aparecía Kano, y ha rectificado por Elkano, en virtud de datos posteriores que estima fundados), autorizándome para su publicación en esta serie del Cancionero.

Gracias pues a su bondad, me cabe hoy la fortuna de dar a conocer esta preciosa composición, cuya aparición era esperada con verdadera curiosidad por los amantes del bascuence.

Sin entrar a formular un juicio detenido de ella, no puedo menos de llamar la atención del lector hacia la estrofa 7.a, de verdadera elevación poética, de gran efecto onomatopéyico, y que puede presentarse como un buen modelo del género descriptivo; y las estrofas 8.a, 10.a y 13.a notables por la personificación que en ellas se desarrolla. Es también muy hermosa la estrofa 12.a; bellísima la doble consonancia observada en el verso 3.° de la 10.a, por lo que tiene de imitativa, y valiente e inspirada la prosopopeya con que termina la 13.a

El Sr. Arana merece por sus trabajos los más cumplidos plácemes de cuantos se interesan por el desarrollo y el brillo de la poesía bascongada. Hé aquí su oda:


Juan Sebastián Elkano.

Getariatar Jaunari, mundua jira-biratzen.

(1519-1522.)


Euskera kantа.


¿Nora zoazkit idurimena,

Zabalik egal-urdiñak?

Chimist-oñakin zoaz ikusten

Munduko bazter urriñak?

Ara Elkano, zure ondoren

Bildurik lagun berdiñak.


Ikusi nai du nundik sortzen dan

Eguzkiaren argiya,

Zein ichasotan gordetzen duen

Bere buruko koroiya;

Biribilla dan mundu au, edo

Nun duen azken arraiya.


Ontzi-galantak San Lukar-dikan

Ichaz-gizonez beteak,

Boga-ta-boga dijoaz ariñ:

Sututzen ditu Fedeak,

Eta Españaren izen aundiya

Munduban zabal-nayeak.


Beren aurrean, egan dijoa

Zeruko aingeru galaya,

Españatarren kontua duen

Goartari chit ernaya,

Ego urrezkoz erdibiturik

Aize-labañen erraya.


Ongi zoazte. Ager zazute

Ta urrutietan zabaldu,

Nola Jainkoak bere semea

Mundura zigun bialdu,

Eta gizonak zeruratzeko

Nola zitzaigun azaldu.


¡Gizon argiyak! joango dirade

Zuen ondoren aurrera!

Batzuek égi-ta Erlijioz

Jende gaistoak ontzera,

Besteak berriz merkaduriyaz

Urre ta perla biltzera.


Ongi dijoaz; Alperrik dira

Odei goibelak urratzen,

Alperrik trumoy-danbatekoak

Eta oñazkarrak zartatzen,

Itz-ujoldeak burruka amiltzen

Lurrak ikaraz dardatzen


Euskera kantak aitzen dituzte

Milla ugarteen magalak,

"Ara Euskaldunak" esaten dute

Ur-urdiñ zelay zabalak;

"Ara Euskaldunak", erantzun dute

Aize biguñen egalak.


¡Otentoteak, Jeorgi-tarrak,

Ta Moluka-tar liraiñak!

Zurezko-echeak (1) labañ dakazki

Zuengana gaur Españak...

¿Nun arki dira ontzi ta gizon

Aiñ eder eta bikañak?


Baña ¿zer dakust (2) ¡¡Gorrotoaren

Iran-zugea parian?...

Listorra zorrotz, chistuka ta orroz

Dator ujolen gañian;

Puzuni beltza isurtzen dabill

Ichas-gizonen artian.


¡Ai Amerika! ¡Ah pake-ichaso! (3)

¡Ai Zebu-ugarte gaistoa! ...

Españatarren odol-ederrez

Gorri dezute kanpoa!

Magallanes-ek bere lagunaz

Or utzi zuen lepoa.


Ontzi bakar bat osorik dago

Elkano dala Gidari:

"Aurrerá", diyo, erreguturik

Ama Birjiña Santari,

"Aurrerá guazen; begira aurrian (N. E. Leo aurrerà)

Aprika-aldeko lurrari."


Java, Sumatra, pasa zituzten,

Ta Aprika-azpitik jo goirá,

Kabo-Verdera ta Azores-era

Ibill da ibill (4) jun dirá:

Zeru ta lurrak arritu ziran

Ta Euzkia geldi begirá.


Urteak iru pasa baño len,

Jirarik lenen Mundua,

Elkano bere lagun onakin

San Lúcar-era dijua

Eta Sevillan Birjiña-gana

Ematera ezker-prutua.


Jason azturik, oroi Elkano

Ichas-errege goiena,

Drake ondoren, Noort ta Kook

Ta Espilbergen urrena,

Bañan Elkano danen Gidari

mundu jiratzen aurrena.

(J. J. A.)


(1) Zurezko-echeak, lit. casas de madera, naves (ontziak),

(2) Dakust. Es primera persona del singular del presente de indicativo irregular del verbo ikusi, ver.

(3) ¡Ah, pake-ichaso! ¡Oh mar Pacífico

(N. E. Griego talaso, océano, mar; paz, pax, pacífico, peaceful : pace full, pacific, etc.

(4) Ibill da ibill, andando sin cesar. Es muy oportuna y expresiva esta repetición. (N. E. chino chano en Aragón.)


Al Sr. D. Juan Sebastián de Elcano,

natural de Guetaria, rodeando el orbe.

(1519-1522.)

Oda bascongada.

(Traducción semi-literal.)

A do vuelas; rauda imaginación, desplegando tus alas azuladas...? Rodando veloz con tus fulmineos pies, pretendes acaso revistar los más lejanos confines del mundo...? Ve ahí a Elcano, que acompañado de otros héroes iguales te sigue en pos.

Quiere ver de dónde nacen y brotan los primeros fulgores de Febo, y en qué mar occidental guarda y deposita la áurea corona de su cabeza; si este mundo es redondo, o en dónde tiene sus últimos límites.

Soberbias naves llenas y henchidas de bravos marinos bogan y bogan veloces desde San Lúcar (N. E. Sanlúcar de Barrameda), surcando los mares: inflama sus pechos la Fé, y el ardiente deseo de difundir el gran renombre de España por cien mundos.

Volando ante sus ojos, hiende raudo con alas de oro las entrañas de la resbaladiza atmósfera el ángel gallardo del Empíreo, el custodio vigilantísimo de los destinos de los Españoles.

Idos en hora buena. Manifestad y publicad en las naciones más remotas, que Jehová, el Señor de las Alturas, nos envió al mundo a su Divino Hijo, y cómo se nos descubrió en carne mortal para llevar al Cielo a los hombres.

Tras vuestras huellas y rumbo, seguirán después adelante otros esclarecidos varones, unos a mejorar y civilizar a la perversa gentilidad con las luces de la verdadera religión; otros, empero, para atesorar oro y perlas por medio del comercio.

Van bien. En vano rásganse los negros nubarrones; en vano los estampidos del trueno y los rayos estallan y revientan, y luchan y chocan, rodando con ímpetu bramante corrientes inmensas de las aguas, y las tierras del continente retemblando se estremecen.

Las playas y senos de mil remotas islas, escuchan alegres por vez primera los cantos euskaros: "Hé aquí los bascos" dicen al resbalar los acentos las vastas praderas de azuladas ondas. "Hé aquí los bascos" responden placenteras las alas de los blandos céfiros.

Hotentotes, Georgianos, y esbeltos Molucos: hoy os trae la grande España sus lígneas casas deslizadas hasta aquí por cien borrascosos océanos. ¿Dónde hallarán jamás vuestros ojos tan magníficas naves y gente tan gallarda y escogida?

Mas ¿qué veo? La horrenda sierpe del rencor funesto se presenta delante! Viene rodando sobre las ondas con rugientes silbidos: brama, y blandiendo en su entre-abierta boca el aguzado aguijón, derrama a torrentes su negra ponzoña, entre los bravos marinos.

¡Oh América! ¡Oh mar Pacífico! ¡Oh pérfida isla de Zebú!! Colorasteis crueles vuestras playas con la hermosa sangre de los Españoles. Vuestra traición segó fiera el noble cuello de Magallanes y sus compañeros.

Sola una nave, cual sol incólume, queda entera, y el gran Elcano dirige sus destinos. ¡¡Adelante!! clama elevando sus ardientes plegarias a la Virgen Madre Santa Estrella de los mares. "¡¡Adelante, boguemos: ved, compañeros, ante vuestros ojos el continente Africano!!”

Atravesadas Java y Sumatra, y girando veloces el Sur del África, y subiendo y bogando sin cesar, alcanzan las costas de Cabo-Verde y Azores. Cielo y tierra se asombran de aquel portento, y queda el Sol absorto, mirando con mil ojos aquel prodigio.

Apenas rápidos deslizáronse tres años, y ved al admirable Elcano, después de rodear el primero al Orbe, arribar alegre con sus dignos socios a San Lúcar, de dó saliera; y rendir en Sevilla (N. E. Betis, vasco beti, siempre, eterna, casi como Roma) su tributo de agradecimiento a la Virgen su Patrona y Libertadora, que los ha salvado en alas de la Victoria.

Olvídese ya a Jasón, y canten todos al más eminente de los argonautas: Elcano. Sigan después sus huellas el pirata Drake, y los audaces Noort, Kook (James Cook), y Spilbergen: mas sólo tuya será ¡oh Elcano! la sin igual gloria de haber rodeado y circundado primero el mundo.

(J. J. A.)



II.

Gurutzearen garaitupena

Euskaldunakin Nabas-en,

por el P. José Ignacio de Arana.

(Dialecto guipuzcoano.)

Cántase en esta oda el decisivo triunfo alcanzado por los cristianos en el memorable campo de las Navas en 16 de julio de 1212, (N. E. Navas de Tolosa, también conocida como la batalla de Úbeda. Reyes principales: por Aragón, Pedro II, por Navarra, Sancho VII “el fuerte”, por Castilla, Alfonso VIII) triunfo en el cual cupo tan gloriosa parte a las voluntarias huestes basco-navarras que formaban parte de aquel formidable ejército, (N. E. Ojo, cuando se prestaba juramento y homenaje a un rey, no solía ser voluntario el ir a la host, ost, hueste, sin perjuicio de otras libertades, fueros, franquezas, etc.)

y combatieron denodadamente en su vanguardia al mando de D. Diego López de Haro, Señor de Vizcaya. 

Cuando tan olvidadas están, y con tanto desdén se habla por los adversarios de la Euskal-erria, de las hazañas que en todo tiempo han realizado los euskaldunas, nada más justo ni más oportuno que el que nuestros poetas recorran las páginas de la historia, para reverdecer los laureles marchitos hoy por la pasión política, y beber su inspiración en las gloriosas empresas llevadas a cabo por los bravos descendientes de Aitor, presentándolas a la consideración de propios y extraños, así para restablecer la verdad de los hechos, como para estimular con tan nobles ejemplos el valor y el heroísmo de las generaciones presentes y venideras.

La oda del P. Arana, que obedece a tan alto fin, si bien corta en proporciones, es rica en inspiración, y notable por su correcta dicción y su elevación poética, habiendo merecido una mención honorífica en el Concurso celebrado, bajo los auspicios del ilustre bascófilo M. d' Abbadie, en el pueblecillo de Saint-Palais (Francia) en el mes de agosto de 1878.

La traducción castellana de que va acompañada esta composición, - así como también la de la oda a Elcano, - han sido expresamente hechas para el Cancionero, por el mismo autor de las producciones originales, que ha demostrado con ellas su buen gusto literario y sus excelentes condiciones de escritor.

En esta última, el P. Arana ha tenido la feliz idea de encabezar la oda, y terminar cada una de sus estrofas con un pareado de arte mayor, que contribuye a embellecer más y más su excelente versión.

Dice así la Oda:


1212.

Gurutzearen garaitupena

Euskaldunakin Nabas-en.


Atozte, (1) korri, kantatutzera

Euskaldun anai maitiak,

Gurutze galai Jainkozkoaren

Mirari guziz andiak.

Gurutze baten gugatik illik

Jaungoikoaren semiak

Desegin ditu beti- betiko (2)

Etsaien asmo guziak:

Distiatzen du mundu osoan

Gurutzearen argiak.


Orisen dago ¡zeiñ edergarri

Gure mendien gañetan!

Ori Erregeen buruetan (3) da

Agintarien armetan!

Ori da agiri gallorturikan

Gure Eliza danetan :

¡Lezo Santura begiak alcha!

Euskaldun erri onetan

Gurutzearen milla mesede.

Arkitzen dira loretan. (4)


Lauburu onek milla ta berreun

Amabigarren urtean 

Euskaldunakin garaitu zuen

Mairu gogorren artean:

Sancho (5) ta Alonso (6) buru zituzten,

Ta Aro (7) jaunaren mendean

Arri-ta-makill (8) bazijuazen

Basamortuen tartean.

Illera askotan, isill-isillik (9)

Mendigaiñ artu artean.


Igo ziraden artzai batekin

Muradal-eko portura

Ekusteko zan Afrikatarren

Beldur, larri ta estura.

Beela dijoaz, Ubeda utzirik,

Errege duten lekura:

Baña, Kristabak gurutzeakin

Ta Ama-Birjiñaen ichura,

Sartzen zaizkate, ill-edo bizi (10)

Beren gaiñ eta burura.


¡Aurrera! dio, Alonso erregek:

Ta oiduka danak ¡Aurrera!

Haro ta Lete, (11) Nuño ta Lopez

Saltoka ezpaten artera;

Millaka-euskaldun, otsoak nola

Ardiak triskillatzera:

An ere datoz Napar ta Aragoi

Kateak purrukatzera;

Lotsa gorrian (12) Errege beltza 

Sebilla-ratu da atzera.


Illerri bat da ilkintzarekin

Nabas deritzan tokiya;

Berreun milla berberiskoak

An utzi zuten biziya,

Gizon odolez ujoltzen zala

Guadalkibir-ko ibaya.

¡Gloriya bada Gurutzeari,

Birjiña Amari Gloriya!

Ta izarrez-gora jaso dezala

Mundubak Euskal-erriya.



1212.

Con los Bascos la Cruz ostenta gloria 

De las Navas en la ínclita victoria.


Venid, venid, y volad, caros hermanos Euskaldunas, a cantar los grandiosos portentos de la esbelta y divina Cruz: Al ofrecer en Ella su vida por nosotros el Hijo del Altísimo, desbarató para siempre los funestos intentos de todos sus enemigos;

Y bañado en su luz el mundo entero

Aparece radiante y placentero.

¿La veis? ¡Cuán hermosa se ostenta en las cumbres de nuestras montañas! Vedla en las coronas de los reyes, en las armas de nuestros guerreros y adalides! Vedla cómo se muestra y gallardea en lo alto de todos nuestros templos! Alzad vuestros ojos al santuario de Lezo, y veréis que en aquel humilde albergue de la Euskaria

Florecen de la Cruz portentos bellos,

Difundiendo benéficos destellos.

Este Santo Lábaro, conducido por los bravos Euskaldunas, obtuvo en 1212 una brillante victoria contra los fuertes mauritanos: Sancho y Alonso eran sus jefes, y al mando del Señor de Haro, iban a brazo partido, abriendo paso por bosques de espesos matorrales, por do desfilábase

En silencio la cauta muchedumbre

Del monte hasta arribar la erguida cumbre.

Dirigidos por experto pastor, presentáronse súbitamente en el alto puerto de Muradal. ¡Allí eran de ver el miedo, el terror y el congojoso aprieto de los africanos! Abandonan a Úbeda, y corren al punto a proteger el campamento de su Rey; más allá se lanzan los Cristianos, tremolando los estandartes de la Santa Cruz y de la Virgen Madre, y

De la hueste enemiga en lo más fuerte

Arrójanse a luchar a vida o muerte.

¡Adelante! grita el rey Alonso, y todos a voz en cuello responden ¡Adelante!. El de Haro y Lete, el de Nuño y López, lánzanse fieros a enemigas espadas, y miles de Bascos se precipitan tras ellos, como hambrientos lobos a destrozar indefensas ovejas. Allá van también tras éstos los Navarros y Aragoneses a romper las férreas cadenas, que defienden al agareno; escapa el negro rey hacia Sevilla; 

Dirige allá los pasos mal seguros,

Y esconde su vergüenza tras sus muros.

Con la horrible matanza conviértese en vasto cementerio el campo de las Navas: doscientos mil Berberiscos dejan allí sus vidas: hínchase y se acaudala con corrientes de sangre humana el Guadalquivir undoso. ¡Gloria, pues, a la Santa Cruz! ¡Gloria a la Virgen Madre!

Y el mundo ensalce el Euskaro ardimiento

Sobre estrellas del alto firmamento.


(1) Es segunda persona del plural del imp. del verbo etorri. 

(2) Beti-betiko, siempre y para siempre, o por siempre. Es muy expresiva esta repetición.

(3) Buruetan, lit. en las cabezas.

(4) Loretan arkitu, hallarse en flor, florecer.

(5) El rey D. Sancho el fuerte de Navarra.

(6) El rey D. Alonso VIII de Castilla.

(7) D. Diego López de Haro, mandaba la vanguardia, de la que formaba parte la legion bascongada.

(8) Arri ta makill, es una locución especial que quiere decir con todo empeño, con el mayor tesón (alegin guziarekin), a toda fuerza, a brazo partido, (al diran indar da bide guziekin), etc. 

(9) Isill-isillik, lit. callando-callando, es decir, con el mayor silencio, a fin de que no fracasara la empresa.

(10) Ill edo bizi, lit. a morir o vivir, esto es, a luchar a vida o muerte, a vencer o morir.

(11) Pedro Martínez de Leet o Lete, uno de los jefes navarros que formaba parte de la vanguardia euskalduna, en la que figuraban también Nuño y López, designados después.

(12) Es muy gráfica esta frase, lotsa gorrian, que no puede traducirse exactamente. Rojo de vergüenza, lleno de vergüenza...

III.

Ama euskeriari azken agurrak,

por Felipe Arrese y Beitia.

Dialecto bizcaíno.

Preciso es confesar que si la literatura y la poesía bascongadas no han alcanzado un desarrollo y un grado mayor de esplendor en tiempos antiguos, se debe indudablemente al abandono, a la escasísima protección de que han disfrutado sus raros cultivadores. Casi siempre se encontraban éstos sin medios de dar siquiera a conocer sus composiciones, y las más veces desaparecian aquellas sin los honores de la publicidad, para perderse en el panteón del olvido.

Basta fijarse para ello en un solo hecho. Apenas se ha despertado un poco la afición al bascuence, apenas han comenzado a gozar de alguna estimación las producciones escritas en este admirable idioma, y se han iniciado los concursos o certámenes que tienden a estimular esta propaganda, el número de los escritores aumenta visiblemente, y nuestra poesía va ganando de una manera ostensible en pureza, en elegancia y en elevación.

De puramente vulgar que era va caminando al rango de trascendente, y testimonio de ello son la soberbia elegía de Arrese, a la que sirven de preámbulo estas líneas, las dos odas del P. Arana, que le preceden en este mismo volumen, las traducciones clásicas del señor Otaegui, y otras composiciones de no menos valía con que en cortísimo plazo se ha enriquecido el hasta hoy modestísimo tesoro de nuestra poesía.

Este renacimiento, comenzado bajo tan felices auspicios, augura una época de mayor brillo y esplendor para la literatura bascongada, y los provechosos resultados alcanzados por los primeros iniciadores, deben servir de estímulo a los que, llenos de patriótico deseo, comienzan hoy a ejercitar sus primeros ensayos en esta antiquísima lengua, y de justa satisfacción a cuantos han contribuido a encarecer la necesidad de levantar del olvido y el abatimiento en que yacían nuestro especial idioma y nuestra peculiar literatura, y han trabajado en uno u otro concepto, para la realización de este fin.

Foméntense los certámenes poéticos y las justas literarias, ofrézcanse recompensas, aunque por el momento sean éstas poco menos que puramente honoríficas, a los que se distingan en estos trabajos, y pronto se verá aumentar el número de los escritores euskaros, con honra y provecho de nuestras letras.

No hace todavía un año, la Asociación Euskara, de Navarra, que tantos y tantos desinteresados y útiles servicios viene prestando desde su creación en pro de los intereses permanentes de la Euskal-erría, asociada con el ilustre bascófilo M. Antoine d' Abbadie, anunciaba uno de estos certámenes en lengua bascongada. Entre las numerosas composiciones que allí se presentaron contábase la elegía que a continuación reproduzco, composición notabilísima por su fondo y por su forma, que puede figurar dignamente al lado de los más celebrados cantos nacionales, y que revela la existencia de un poeta de primer orden, desconocido para todos hasta aquel momento.

Este poeta se llama Felipe Arrese y Beitia, y la composición con que ha hecho su aparición en el campo literario, y que le ha conquistado ya un nombre y un puesto estimable en el Parnaso bascongado, es la titulada ama euskariari azken agurrak.

"Ternura exquisita, profunda melancolía, grandiosidad de imágenes, lamentos como los de Jeremías y apóstrofes como los de Shakespeare, son las joyas que atesora esta elegía, sin rival en la lengua euskara", ha dicho con razón al examinarla el ilustrado y laboriosísimo escritor navarro D. Arturo Campion, (1)

"No puede desconocerse el valor literario de este canto. Es uno de los más bellos que posee la lengua euskara, y figurará sin desventaja entre los cantos nacionales de otros pueblos", ha añadido por su parte un distinguido bascófilo de allende el Bidasoa, en el breve preámbulo con que acompañaba una excelente traducción francesa de esta magnífica prosopopeya. (2)

Y grato es confesar, que con poetas como el Sr. Arrese y Beitia, y con producciones como la que es objeto de estas líneas, la poesía bascongada podría muy pronto salir con honra y gloria de la modesta oscuridad en que ha vivido hasta nuestros días.

Si hubiera de hacer un estudio completo de esta verdadera joya literaria, necesitaría más espacio del que puedo disponer en estas páginas, y por otra parte, el juicio que acerca de ella ha publicado con anterioridad mi querido amigo Arturo Campion, y cuyos párrafos más esenciales trascribo, me dispensan de esta tarea.

“La composición que acabo de traducir - dice el inteligente escritor navarro - marca un nuevo periodo en la poesía euskara; por primera vez ésta deja de ser popular, y se eleva al rango de trascendente: la profunda personificación de la raza en la lengua, es una prueba incontrovertible de ello. Aunque imperfectamente, creo haber conseguido hacer palpable la inspiración titánica que informa la elegía. 

(1) Artículo publicado en la "Hoja literaria" del Noticiero Bilbaíno, correspondiente al 12 de enero de 1880.

(2) Folletín de La Semaine de Bayonne, correspondiente al 6 de agosto de 1879.

Lo verdaderamente imposible de indicar son las numerosas bellezas de factura que encierra; a la atención de los aficionados me permito señalar la hermosísima estrofa que principia con las palabras

Zagozé oraindik zutik arkaitzak? (1)

en la que el poeta consigue producir un efecto onomatopéyico asombroso, al lado del cual palidecen el célebre verso de Zorrilla:

El ruido con que rueda la ronca tempestad,

y el tan celebrado del poeta latino:

Al tuba terribili sonitu taratantarra dixit.

"En la presente poesía el arte es tan grande como la inspiración, la ley de la gradación de los efectos, capital en literatura, está observada con rigurosísima exactitud. La poesía comienza con los plañideros acentos de la melancolía, y termina con los gritos épicos de la desesperación. Parece que estáis oyendo el crescendo de la sinfonía en do menor de Beethoven, mediante el que el incomparable músico alemán pasa del scherzo al alegro triunfal. Este golpe de genio lo ha tenido también Arrese. Mirad el camino recorrido desde las acongojadas palabras

Nun dira oraiñ oraiñ negarrak?

Nun dira neure begiak? (2)

hasta el grito sublime de Lurtu ichasuak, (3) y veréis que media un abismo que únicamente el vuelo de un águila podía salvar."

Hasta aquí el Sr. Campion, a cuyos justos elogios y atinadas observaciones nada tengo que añadir; sólo diré, por mi parte, que el bascuence de Arrese es claro, e inteligible sin gran esfuerzo para todos los euskaros, y que más que al lenguaje de Ochandiano, que es de los más difíciles, pertenece al dialecto de Guipúzcoa, que es el que sirve de lazo de unión entre todas las variedades, por más que conserve en sus detalles algo del sabor bizcaíno.

(1) Todavía permanecéis de pie, rocas? (trad. lit.).

(2) Dónde están ahora las lágrimas? Dónde están mis ojos? 

(3) Vuélvete tierra ¡oh mar!

Ahora bien: ¿quién es el hasta hoy desconocido autor de este poema?

Felipe Arrese y Beitia, nació en Ochandiano (Bizcaya) el 25 de mayo de 1841; de modestísima familia, aprendió las primeras letras en la villa natal, en la que permaneció hasta los trece años; y a esta edad, manifestándose en él una decidida afición a las bellas artes, pasó a Vitoria, en cuya Escuela especial ingresó como discípulo de dibujo y escultura del laboriosísimo profesor D. Marcos de Ordozgoiti.

Habiendo alcanzado los conocimientos necesarios se retiró a su hogar, y en él vive, trabajando de continuo en su profesión, construyendo, ya retablos, ya imágenes para las iglesias de las tres provincias hermanas, que le proporcionan ocupación más que suficiente, o entretenido en la decoración de edificios de toda índole, con trabajos en piedra y madera.

Durante el fatal periodo de la última guerra civil (1873 a 1876) permaneció en San Sebastián, donde halló manera honrosa de vivir con el fruto de su profesión, y entre sus trabajos de esta época se cuentan los bustos de hombres célebres que coronan el edificio que ocupa actualmente nuestro Instituto provincial.

El Sr. Arrese, muy aficionado desde su niñez a los libros bascongados, se había dedicado siempre con solicitud a su lectura, y había practicado algunos humildes ensayos en la lengua nativa; pero la composición con que se ha dado a conocer es la elegía Ama euskeriari, que constituye para él un justo título de gloria, y es una brillante joya para la poesía bascongada.

Nobleza obliga, y el éxito que ha alcanzado el Sr. Arrese, con su primera producción, le impone deberes cuyo cumplimiento no puede rehuir, sin defraudar las lisonjeras esperanzas que ha hecho concebir a todos los amantes de la lengua y la literatura bascongada.


IV.

Azken agurrak gure etsaigoari,

por

Antonio Arzac y Alberdi.

Dialecto guipuzcoano.

Esta pequeña composición es, por decirlo así, continuación y complemento de la admirable elegía de Arrese que le precede.

Habiendo leído el Sr. Arzac el sentido y triste adiós que el poeta bizcaíno dirigía, en momentos bien dolorosos ciertamente para la tierra euskara, a la lengua que desde los tiempos prehistóricos ha sido patrimonio de los bascongados, sintióse profundamente herido en su corazón, agolpáronse las lágrimas a sus ojos, vio en las desdichas intestinas, hijas de las pasiones políticas, la causa principal de los males que afligen a nuestro país, y con la esperanza y el entusiasmo que nunca faltan a la juventud, escribió esta composición, la primera sin duda ninguna que brotaba de su pluma, no acostumbrada hasta entonces a trabajos de esta índole, para predicar la unión entre hermanos e hijos de una madre común, como única áncora que pudiera contribuir a salvar el arca santa de nuestras viejas tradiciones.

El Sr. Arzac no ha hecho sino iniciar el pensamiento, desconfiando quizás de sus propias fuerzas, y en su brevísima composición nótase cierto desorden, propio de la excitación de que se hallaba dominado su espíritu. La idea que le anima es, sin embargo, tan útil como fructífera, y el ensayo merece sincero aplauso.

Lástima es que el Sr. Arzac no hubiera dado algún mayor desarrollo a su pequeña producción, que no obstante esa circunstancia mereció una mención honorífica en el Certamen celebrado en San Sebastián en 1879, al que fue presentado.

Sirva esta modesta distinción para infundir mayores alientos al joven poeta, y para animarle a continuar con fé y entusiasmo el camino que ha emprendido bajo tan felices auspicios.


Ama euskeriari

azken agurrak!!! (1)


Neure biotzeko Amacho (2) zarra,

Anchiñako ama Euskera,

Seme leyal bat oraiñ datortzu

Azken agurra emotera.

Ainbeste gerra goitu ezin da

Danori atsotu zara;

Zauriren zauriz galdu galdu-ta, (3)

Amacho, zuaz illtzera!


Zorigaistuan negargarri-ta

Dot sendimendu andia,

Geure lur maite dakustalako (4)

Gaztelatuta jarria,

Bestela erdu, erdu ikustera,

Tubal euskelaria,

Baña ez dozu ezagutuko

Oraiñ zeure jatorria.


¿Nun dira bada zure semiak,

Foru ta euskera-zaliak?

¿Nun dira bada, Tubal gure aita,

Zure ondorengo garbiak?

¿Nun dira bada zure ume zintzo

Eta leyalen legiak?

¿Nun dira oraiñ oraiñ negarrak?

¿Nun dira neure begiak?

Agur illun bat egin deuskue

Guraso zarren legiak,

Umezurtz batzuk gelditu gara

Billosik foru-bagiak.

Izan bagiña eurak legetche

Euskeriaren zaliak,

¡Oso ta garbi gordeko ziran

Oitura aiñ miragarriak!


Errazoyagaz esango dabe

Gure urrengo umiak

Izan giñala duda bagarik

Ero ta zoro garbiak;

Jakngio (Jakingo) dabez euskeriagaz

Genduzan eskubidiak,

Erdera-zale (7) giñalako egin

Galdu zirala guztiak.


Zorioneko arkaitzak, eta

Zorioneko mendiak,

Oraiñ artian zuek zare izan

Foruen gordelariak.

Zuek goyetan beti euskeldun,

Ez alan beyan erriak; (8)

Orra zer gero ekarri deuskun

Azkenian erderiak.


Ez, beyetan ja ez det ikusten

Tubalen ume zintzorik,

Ez dalako gaur emen entzuten

Erdera baño besterik.

Onechek dauka nire biotza

Naibagez erdibiturik, (9)

Ez dodalako gure euskera

Osatuko dan usterik.


Euskeriari gorroto eta

Gozau nai bere foruak

Dirala uste dot barru-barrutik (10)

Auterestia zoruak.

Izan leiteke ori alan, baña

Niri ezetz diñost goguak;

Baldin euskera bizten ezpada,

Illzat daukadaz foruak.


Geure erruz bada ekarri dogu

Eriotzako unera

Berbeta eder, gozo ta leun au

Beste munduko atera.

Norbait ezpada laster minduten

Osasuna ematera,

Mundutik laster juan bear dau

Ama Euskerak bestera.


Ainbeste seme eman zikuzan

Ichasorako zoliak,

Liorrerako ez gichiago

Gerrari bildurgarriak;

Liburuetan ta izkuntzetan

Ugari miragarriak.

¡Ill ziran danak, ta oraiñ ill biar

Euskera maitagarriak!


Or, Gernikako arboliaren

Oñian dago etzinik,

Estu ta larri, ta ja illian,

Arnasaz bete ezinik.

¿Au jakin-eta, ez ete deutsa

Iñok artuko errukirik?

¿Ez ete datoz bere semiak

Osagarriak arturik?


Ay neure Ama, gaurko semiak

Derichat (11) dagoz aztu-ta,

Estura onetan lagundutera

Iñor ez da agertu-ta.

¡Ill zaite bada, bakar ta soillik,

Paradisuko izketa, (12)

Sei milla urtian ainbeste damu,

Garratz, mingotz iruntsi-ta! (13)


¿Zer aldaikezut, (14) Ama, bakarrik

Agonia estu orretan?

Zotin, zizpuru, negarrez urtu (15)

Etzinik zeure oñetan;

Parka eskatu seme danentzat

Biotzez bene-benetan, (16)

Zuri arimia lagun ipinten

Jaungoikuaren eskutan.


Zuaz mundutik orban bagarik,

Zuaz mundutik garbia,

Zuaz mundutik adorau baga

Ez idi eta ez beija.

Beti gorrotau, beti zapaldu

Zenduen idolatria,

Ja oraiñ zagoz Jaunak emoten

Fedian zintzo bizia.


¡Ill da Euskera! ¡Ill da Euskera!

Betiko itchi dauz begiak,

¡Negar Arabak! negar Guipuzkoak!

Negar egin bei Bizkayak!


Negar, arkaitzak! negar, mendiak,

Agortu arte iturriak,

Ainbeste gacho, ainbeste gatchen

Osasun emongarriak. (17)


¡Negar, Naparrak, geure anayak,

Ta Euskeldun Frantziakuak!

¡Negar batera! (18) danok urratu

Sentimenduz soñekuak.

Artu historia edo kondairak

Emengo anchiñakuak,

Ta euren lekuan asi barriak

Aurrerantz' erderazkuak. (19)


¿Eta nuñ dozuz, zeruko arbola,

Zuk bere jantzi berdiak?

Zure erramok billoch dakustaz (20)

Igar ta ezkur bagiak. (21)

¡Ai mingarria! Gaztelako arrak

Jan deutsuz sustrai guztiak,

Bai-ta biotza, bai-ta barruak,

Azala itchi-ta bestiak.


¿Zagoze oraindik zutik, arkaitzak? (22)

¿Dollortu baga, mendiak?

¿Samur emoten Somorrostrogaz

Zeuen ondasuntegiak?

¿Errotak klan klan, taun taunka olak,

Eta pill pill iturriak,

Biziro errekak, bai ta ichasuak

Opaz arraintz ugariak?


Geyegi da ta ¡ausi, arkaitzak!

Onegi ez izan, mendiak,

Lurpetuteko Euskera ill-ta

Bere ondasun biziak.

¡Bera, tontorrak; bete, arruak;

Erdue Gaztel-lau igarrak;

Agortu, errekak; lurtu itchasuak;

Agur, euskeldun ibarrak.


Geure Erria, gizaldi danak

Zeugaz dira komutauko,

Ez dabelako beste erri bat

Zu duiñ garbi (23) aurkituko.

Etsai batzuek alper-alperrik (24)

Zure izena zikinduko:

Zeure Jaungoiko, egi bakarrak,

Dau oso garbi gordeko.

Felipe de Arrese y Beitia.


(1) Azken-agurrak, lit. últimos saludos.

(2) Amacho. Es un diminutivo de Ama, usado, no para determinar una relación de pequeñez, sino para expresar mejor un afecto cariñoso.

(3) Son de admirable efecto las repeticiones de este verso, Zauriren zauriz galdu galdu-ta, verdaderamente notable por su armonía, y de imposible traducción literal en castellano.

(4) Dakustalako. Es el verbo ikusi, ver, conjugado en su forma irregular.

(5) Es muy elegante, y da mucha energía a la dicción, la serie de repeticiones empleada en esta estrofa. ¿Nun dira...

(6) Gure urrengo umiak, lit. nuestros primeros hijos, nos premiers descendants ...

(7) Erdera-zale, aficionado a lengua extraña. El bascuence llama Erdera a toda lengua extraña, y erdalduna a todo extranjero, a todo el que no sea del país euskaro. Esta última voz úsase, pues, en la misma acepción que los pueblos antiguos empleaban el calificativo de bárbaro.

(8) Zorioneko arkaitzak eta... El poeta culpa a los pueblos de los valles que han abandonado el uso del bascuence, que se conserva todavía en toda su integridad en los caseríos y las aldeas. Este pensamiento se halla ampliado en los cuatro primeros versos de la siguiente estrofa.

(9) Onechek (esto mismo) dauka (tiene) nire biotza (mi corazón) erdibiturik (dividido en dos, hecho dos pedazos) naigabez (de contrariedad, de dolor, de aflicción).

(10) Barru-barrutik, lit. de dentro-dentro, de lo más hondo de la conciencia.

(11) Derichat, b. deritzat, g., paréceme. Es el presente de indicativo irregular del verbo iritzi, parecerle a uno, haciendo juicio.

(12) Paradisuko izketa, lit. del Paraíso lengua; lengua descendida del Cielo, langue descendue du ciel.

(13) Lástima es que el autor haya dejado pasar en los versos 2.°, 4.° y 8.° de esta estrofa la consonancia con la conjunción final ta, que es muy pobre, y debe en realidad considerarse como defectuosa.

(14) ¿Zer aldaikezut... lit. ¿Qué es lo que te puedo... hacer? Es el verbo al, poder.

(15) Negarrez urtu, derretirme en lágrimas, (fondre en larmes). El verbo urtu, procede de ur-a, agua, y expresa desde luego la acción de derretirse, liquidarse (licuarse), convertirse en o volverse agua.

(16) Bene-benetan, de todas veras, de todo corazón.

(17) Es ésta una de las estrofas más notables de la composición, por el profundo sentimiento que domina al poeta y por el arte con que sabe expresarlo. Son muy hermosas, la prosopopeya o personificación, por la cual el poeta se dirige a las provincias euskaras, y aun a sus montañas y sus rocas, al darles cuenta de la triste nueva, y bellísimas las varias repeticiones de dicción que se observan. 

(18) Negar batera! Llorad a una, llorad a un tiempo...

(19) El señor Campion ha traducido así la segunda parte de esta estrofa: "Quédese para otros el triste empleo de escribir en ex-

tranjera lengua los futuros acontecimientos." (A d' autres que nous d' ecrire en langage étranger les événements futurs!)

(20) Dakuztaz. Es una de las formas irregulares del verbo ikusi, las veo... Veo tus ramas desnudas...

(21) Igar ta ezkur bagiak, secas y sin bellotas.

(22) Zagoze oraindik zutik, arkaitzak? ¿Estáis (permanecéis) todavía en pie, peñas? - Esta y la siguiente estrofa son de primer orden, y quizás, y sin quizás, no tienen rival en la poesía euskara. El efecto onomatopéyico de los versos 5.° y 6.° es admirable.

(23) Zu duiñ o zure diñ garbi, tan pura como tú.

(24) Alper-alperrik. Repetición muy común en bascuence y muy expresiva. Lit. en vano-en vano. Está suplido el verbo dute. Zure izena dute zikinduko.


Último adiós a la madre euskara.

¡Oh venerable y querida madre de mi alma, oh antiquísima Euskara, permite que uno de tus leales hijos venga a darte el último adiós. Las prolongadas luchas debilitaron tu vejez; desgarrada por mil heridas, oh madre, vas a morir!

En terrible aflicción lloro, lleno de pesar, pues veo castellanizada a nuestra querida patria. Túbal, padre del Basco, acércate y mira. ¿Reconoces aún tu descendencia?

Dónde están los amantes hijos de tus leyes y de tu lengua? ¡Oh, Túbal, nuestro padre, ¿dónde se oculta tu limpia prole? ¿dónde las libertades de tus sabios hijos? Lágrimas mías, ¿dónde estáis? ¿Dónde mis ojos, que no lloráis?

Las viejas leyes de nuestros padres nos han lanzado un sombrío adiós; hemos quedado huérfanos, despojados de nuestras libertades. Si hubiéramos amado el Euskara, cual nuestros antepasados, aún vivieran entre nosotros, puras e intactas, nuestras admirables costumbres.

Con razón dirán nuestros hijos que fuimos unos locos, unos insensatos; pues sabrán que por haber amado extraña lengua perdimos todos los derechos que nos concedía el Euskara.

¡Dichosas montañas, dichosas rocas! Vosotras habéis sido hasta ahora los leales custodios de nuestras instituciones. Vuestros elevados flancos son y han sido siempre bascongados: no así las llanuras que descansan a vuestros pies. ¡Mirad las desdichas que nos ha traído la lengua que no ha nacido en el país!

No, ya no veo en los llanos los prudentes hijos de Túbal, pues en ellos no se escucha otra voz que la del erdera. Esto tiene mi corazón deshecho de dolor, pues no pienso que el Euskara recobrará de nuevo su antiguo poderío.

Odiar el Euskara y pretender conservar sus fueros, es vana locura! Tal es al menos mi convicción, nacida de lo más hondo de la conciencia. Podrá ser de otro modo, pero la razón me dice que no. Si el Euskara no resucita, muertas quedarán para siempre nuestras libertades.

Por nuestra culpa hemos traído a la agonía lengua tan hermosa, tan dulce y tan bella. Socorramos pronto a nuestra madre, antes que se aleje de la tierra.

¡Cuántos ilustres marinos, cuántos temibles guerreros, cuántos sabios insignes en las ciencias y las artes ha engendrado! Murieron todos, y ahora, ahora su idolatrada madre Euskara va a morir también.

Miradla al pie del árbol de Guernica, postrada en tierra, oprimida, convulsa, atormentada por el estertor de la muerte, y sin poder encontrar aire bastante para sus pulmones. ¿Tan inmenso dolor no moverá a compasión a nadie? ¿No acudirán sus hijos a prestarle los necesarios socorros?

¡Ay, madre mía! Tus actuales hijos deben haberte olvidado, pues ninguno acude a consolarte en este supremo trance. Muere, pues, muere sola y abandonada, lengua del paraíso, después de haber devorado durante seis mil años tantos ultrajes, tantas amarguras y tantos dolores.

¿Qué puedo hacer yo, solo, ¡oh madre! en tu triste agonía? Gemir, sollozar, derretirme en lágrimas, echado a tus pies, y pedir perdón desde el fondo de mi alma para todos tus hijos, acompañándote hasta que entregues tu alma a Dios.

Aléjate del mundo sin mancha, aléjate pura de la tierra, vete del mundo sin haber prestado adoración a los falsos dioses. Siempre odiaste, siempre aplastaste la idolatría … entrega tu alma a Dios en la pureza de la fé.

¡Euskara ha muerto! Euskara ha muerto! Se cerraron sus ojos para siempre! Llora Alaba! llora Guipúzcoa! llora Bizcaya! Llorad peñascos, llorad montañas, hasta agotar nuestras fuentes, esas fuentes tan saludables para todos los males y tan bendecidas por los que sufren.

Llorad también, Navarros. Llorad, Basco-franceses, pues sois hermanos nuestros. Lloremos juntos, rasguemos de dolor nuestras vestiduras, desgarremos las páginas de nuestra antigua gloriosa historia, y, en su lugar, comenzad las nuevas en lengua extraña.

Y tú, árbol celeste, dónde tienes también tu verde vestidura? Veo tus ramas desnudas, secas y sin fruto ¡Oh dolor! el gusano ultra-ibérico devoró tus raíces, tu médula y tus fibras; no ha dejado más que la árida corteza.

Rocas, aún permanecéis de pie? No os hundís, montañas? ¿No entregáis, como las minas de Somorrostro, el depósito de vuestros bienes? ¿Por qué turban todavía el silencio las volteantes ruedas de los molinos, los martillos de las fraguas, el murmullo de las fuentes y el ruido de los torrentes? ¿Por qué el mar llena de abundantes peces las redes del pescador?

¡Basta, basta! Rompeos, rocas; desgarraos, montañas, dejando ya de ser generosas. Euskara ha muerto: cubrámosla de tierra, sepultemos sus inapreciables bienes. Hundíos, altivas cumbres! Rellenaos, profundas gargantas! No oís la voz áspera del ultra-ibérico? Secaos, ríos; petrifícate, oh mar! Adiós, valles bascongados!

¡Oh, patria mía! Las generaciones futuras han de acordarse de ti, pues no encontrarán tierra más pura que tú. En vano mancharán tu nombre algunos enemigos; tu Dios, que es la verdad única y eterna, sabrá preservarte de toda mancha.


Azken agurrak gure etsaigoari.

Felipe Arrese Jauna-ri.


Irakurririk, anai nerea,

¡Ill da Euskera betiko!

Negar samiña, malko tristea,

Isuridet lenbiziko.

Damu garratza artu det eta

Ama ¿non zera? otsegindet.

- “Emen naiz, seme urrikitua,

Oraindik arnasa badet.

Utzi zizpuru eta auhenak,

Elkartu, seme maiteak,

Libranazake bakite onak,

¡Adinazute gaisoak!”


Ea bada, kuraia, nai luke Guipuzkoak,

Kuraia eranzutendu batian Bizkayak,

Kuraia Naparroak, kuraia Arabak,

Kuraia gure anai, franzes-euskaldunak.


Ez, Felipe, ez; azken agurrak,

Desarokida joanari,

Eta biotzetik, fedez beterik.

Esanzaiogun Amari:

“Atoz Amacho, arren, onera,

Zure semeen artera;

Zu gabetanik, ez degu izan nai,

Illtzen bazera, ilko gera.

Baña ¡EZ!

Beti gugatik bizikozerá,

Sekulan ilko etzerá.”

A. Arzac.


Último adiós a nuestras enemistades.

Al Sr. D. Felipe Arrese.

Al leer, hermano mío, ¡Ha muerto para siempre el bascuence!, amargo llanto, tristes lágrimas he vertido por la vez primera, y lleno de profundo dolor, he llamado a la madre Euskara: Madre, ¿dónde estás?

- "Aquí estoy, hijo compasivo (ha respondido nuestra Madre), aún respiro. Dejad los suspiros y los lamentos, uníos, hijos amados, una sincera unión puede todavía salvarme.”

Ea, pues, ánimo, quisiera Guipúzcoa, ánimo, responde a la par Bizcaya, ánimo Navarra, ánimo Álava, ánimo, nuestros hermanos los basco-franceses.

No, Felipe, no: demos nuestro postrer adiós, no al bascuence, sino a las pasadas intestinas discordias, y de todo corazón, y llenos de fé, digamos a nuestra Madre:

"Ven, Madre, por Dios, entre tus hijos, no queremos vivir sin ti, y si mueres, moriremos también. Pero no, vivirás siempre por nosotros: has de ser inmortal."

Vocabulario basco - castellano - francés - A - Z

Vocabulario basco – castellano – francés de todas las voces euskaras contenidas en este volumen. (N. E. Consultar también  https://euskara-e...