miércoles, 6 de septiembre de 2023

VI. Miscelánea de poesías varias.

VI.

Miscelánea de poesías varias.


I.

A Juan Sebastián Elcano,

Oda bascongada 

por el P. José Ignacio de Arana.

Dialecto De Guipúzcoa.

Por la elevación de sus ideas, por su lenguaje eminentemente poético, sus hermosas imágenes y sus bellezas de dicción, puede señalarse esta oda entre las mejores con que cuenta la literatura bascongada.

Escrita por su autor hace algunos años, fue enviada en copia por uno de sus amigos al Concurso celebrado en San Sebastián en septiembre último, mereciendo ser favorecida en aquel certamen con uno de los premios.

El P. Arana, que no tuvo noticia de su presentación hasta después de conocido el resultado, ha introducido posteriormente en el texto primitivo algunas ligeras variantes, (entre ellas la del nombre del insigne marino a quien está dedicada, que aparecía Kano, y ha rectificado por Elkano, en virtud de datos posteriores que estima fundados), autorizándome para su publicación en esta serie del Cancionero.

Gracias pues a su bondad, me cabe hoy la fortuna de dar a conocer esta preciosa composición, cuya aparición era esperada con verdadera curiosidad por los amantes del bascuence.

Sin entrar a formular un juicio detenido de ella, no puedo menos de llamar la atención del lector hacia la estrofa 7.a, de verdadera elevación poética, de gran efecto onomatopéyico, y que puede presentarse como un buen modelo del género descriptivo; y las estrofas 8.a, 10.a y 13.a notables por la personificación que en ellas se desarrolla. Es también muy hermosa la estrofa 12.a; bellísima la doble consonancia observada en el verso 3.° de la 10.a, por lo que tiene de imitativa, y valiente e inspirada la prosopopeya con que termina la 13.a

El Sr. Arana merece por sus trabajos los más cumplidos plácemes de cuantos se interesan por el desarrollo y el brillo de la poesía bascongada. Hé aquí su oda:


Juan Sebastián Elkano.

Getariatar Jaunari, mundua jira-biratzen.

(1519-1522.)


Euskera kantа.


¿Nora zoazkit idurimena,

Zabalik egal-urdiñak?

Chimist-oñakin zoaz ikusten

Munduko bazter urriñak?

Ara Elkano, zure ondoren

Bildurik lagun berdiñak.


Ikusi nai du nundik sortzen dan

Eguzkiaren argiya,

Zein ichasotan gordetzen duen

Bere buruko koroiya;

Biribilla dan mundu au, edo

Nun duen azken arraiya.


Ontzi-galantak San Lukar-dikan

Ichaz-gizonez beteak,

Boga-ta-boga dijoaz ariñ:

Sututzen ditu Fedeak,

Eta Españaren izen aundiya

Munduban zabal-nayeak.


Beren aurrean, egan dijoa

Zeruko aingeru galaya,

Españatarren kontua duen

Goartari chit ernaya,

Ego urrezkoz erdibiturik

Aize-labañen erraya.


Ongi zoazte. Ager zazute

Ta urrutietan zabaldu,

Nola Jainkoak bere semea

Mundura zigun bialdu,

Eta gizonak zeruratzeko

Nola zitzaigun azaldu.


¡Gizon argiyak! joango dirade

Zuen ondoren aurrera!

Batzuek égi-ta Erlijioz

Jende gaistoak ontzera,

Besteak berriz merkaduriyaz

Urre ta perla biltzera.


Ongi dijoaz; Alperrik dira

Odei goibelak urratzen,

Alperrik trumoy-danbatekoak

Eta oñazkarrak zartatzen,

Itz-ujoldeak burruka amiltzen

Lurrak ikaraz dardatzen


Euskera kantak aitzen dituzte

Milla ugarteen magalak,

"Ara Euskaldunak" esaten dute

Ur-urdiñ zelay zabalak;

"Ara Euskaldunak", erantzun dute

Aize biguñen egalak.


¡Otentoteak, Jeorgi-tarrak,

Ta Moluka-tar liraiñak!

Zurezko-echeak (1) labañ dakazki

Zuengana gaur Españak...

¿Nun arki dira ontzi ta gizon

Aiñ eder eta bikañak?


Baña ¿zer dakust (2) ¡¡Gorrotoaren

Iran-zugea parian?...

Listorra zorrotz, chistuka ta orroz

Dator ujolen gañian;

Puzuni beltza isurtzen dabill

Ichas-gizonen artian.


¡Ai Amerika! ¡Ah pake-ichaso! (3)

¡Ai Zebu-ugarte gaistoa! ...

Españatarren odol-ederrez

Gorri dezute kanpoa!

Magallanes-ek bere lagunaz

Or utzi zuen lepoa.


Ontzi bakar bat osorik dago

Elkano dala Gidari:

"Aurrerá", diyo, erreguturik

Ama Birjiña Santari,

"Aurrerá guazen; begira aurrian (N. E. Leo aurrerà)

Aprika-aldeko lurrari."


Java, Sumatra, pasa zituzten,

Ta Aprika-azpitik jo goirá,

Kabo-Verdera ta Azores-era

Ibill da ibill (4) jun dirá:

Zeru ta lurrak arritu ziran

Ta Euzkia geldi begirá.


Urteak iru pasa baño len,

Jirarik lenen Mundua,

Elkano bere lagun onakin

San Lúcar-era dijua

Eta Sevillan Birjiña-gana

Ematera ezker-prutua.


Jason azturik, oroi Elkano

Ichas-errege goiena,

Drake ondoren, Noort ta Kook

Ta Espilbergen urrena,

Bañan Elkano danen Gidari

mundu jiratzen aurrena.

(J. J. A.)


(1) Zurezko-echeak, lit. casas de madera, naves (ontziak),

(2) Dakust. Es primera persona del singular del presente de indicativo irregular del verbo ikusi, ver.

(3) ¡Ah, pake-ichaso! ¡Oh mar Pacífico

(N. E. Griego talaso, océano, mar; paz, pax, pacífico, peaceful : pace full, pacific, etc.

(4) Ibill da ibill, andando sin cesar. Es muy oportuna y expresiva esta repetición. (N. E. chino chano en Aragón.)


Al Sr. D. Juan Sebastián de Elcano,

natural de Guetaria, rodeando el orbe.

(1519-1522.)

Oda bascongada.

(Traducción semi-literal.)

A do vuelas; rauda imaginación, desplegando tus alas azuladas...? Rodando veloz con tus fulmineos pies, pretendes acaso revistar los más lejanos confines del mundo...? Ve ahí a Elcano, que acompañado de otros héroes iguales te sigue en pos.

Quiere ver de dónde nacen y brotan los primeros fulgores de Febo, y en qué mar occidental guarda y deposita la áurea corona de su cabeza; si este mundo es redondo, o en dónde tiene sus últimos límites.

Soberbias naves llenas y henchidas de bravos marinos bogan y bogan veloces desde San Lúcar (N. E. Sanlúcar de Barrameda), surcando los mares: inflama sus pechos la Fé, y el ardiente deseo de difundir el gran renombre de España por cien mundos.

Volando ante sus ojos, hiende raudo con alas de oro las entrañas de la resbaladiza atmósfera el ángel gallardo del Empíreo, el custodio vigilantísimo de los destinos de los Españoles.

Idos en hora buena. Manifestad y publicad en las naciones más remotas, que Jehová, el Señor de las Alturas, nos envió al mundo a su Divino Hijo, y cómo se nos descubrió en carne mortal para llevar al Cielo a los hombres.

Tras vuestras huellas y rumbo, seguirán después adelante otros esclarecidos varones, unos a mejorar y civilizar a la perversa gentilidad con las luces de la verdadera religión; otros, empero, para atesorar oro y perlas por medio del comercio.

Van bien. En vano rásganse los negros nubarrones; en vano los estampidos del trueno y los rayos estallan y revientan, y luchan y chocan, rodando con ímpetu bramante corrientes inmensas de las aguas, y las tierras del continente retemblando se estremecen.

Las playas y senos de mil remotas islas, escuchan alegres por vez primera los cantos euskaros: "Hé aquí los bascos" dicen al resbalar los acentos las vastas praderas de azuladas ondas. "Hé aquí los bascos" responden placenteras las alas de los blandos céfiros.

Hotentotes, Georgianos, y esbeltos Molucos: hoy os trae la grande España sus lígneas casas deslizadas hasta aquí por cien borrascosos océanos. ¿Dónde hallarán jamás vuestros ojos tan magníficas naves y gente tan gallarda y escogida?

Mas ¿qué veo? La horrenda sierpe del rencor funesto se presenta delante! Viene rodando sobre las ondas con rugientes silbidos: brama, y blandiendo en su entre-abierta boca el aguzado aguijón, derrama a torrentes su negra ponzoña, entre los bravos marinos.

¡Oh América! ¡Oh mar Pacífico! ¡Oh pérfida isla de Zebú!! Colorasteis crueles vuestras playas con la hermosa sangre de los Españoles. Vuestra traición segó fiera el noble cuello de Magallanes y sus compañeros.

Sola una nave, cual sol incólume, queda entera, y el gran Elcano dirige sus destinos. ¡¡Adelante!! clama elevando sus ardientes plegarias a la Virgen Madre Santa Estrella de los mares. "¡¡Adelante, boguemos: ved, compañeros, ante vuestros ojos el continente Africano!!”

Atravesadas Java y Sumatra, y girando veloces el Sur del África, y subiendo y bogando sin cesar, alcanzan las costas de Cabo-Verde y Azores. Cielo y tierra se asombran de aquel portento, y queda el Sol absorto, mirando con mil ojos aquel prodigio.

Apenas rápidos deslizáronse tres años, y ved al admirable Elcano, después de rodear el primero al Orbe, arribar alegre con sus dignos socios a San Lúcar, de dó saliera; y rendir en Sevilla (N. E. Betis, vasco beti, siempre, eterna, casi como Roma) su tributo de agradecimiento a la Virgen su Patrona y Libertadora, que los ha salvado en alas de la Victoria.

Olvídese ya a Jasón, y canten todos al más eminente de los argonautas: Elcano. Sigan después sus huellas el pirata Drake, y los audaces Noort, Kook (James Cook), y Spilbergen: mas sólo tuya será ¡oh Elcano! la sin igual gloria de haber rodeado y circundado primero el mundo.

(J. J. A.)



II.

Gurutzearen garaitupena

Euskaldunakin Nabas-en,

por el P. José Ignacio de Arana.

(Dialecto guipuzcoano.)

Cántase en esta oda el decisivo triunfo alcanzado por los cristianos en el memorable campo de las Navas en 16 de julio de 1212, (N. E. Navas de Tolosa, también conocida como la batalla de Úbeda. Reyes principales: por Aragón, Pedro II, por Navarra, Sancho VII “el fuerte”, por Castilla, Alfonso VIII) triunfo en el cual cupo tan gloriosa parte a las voluntarias huestes basco-navarras que formaban parte de aquel formidable ejército, (N. E. Ojo, cuando se prestaba juramento y homenaje a un rey, no solía ser voluntario el ir a la host, ost, hueste, sin perjuicio de otras libertades, fueros, franquezas, etc.)

y combatieron denodadamente en su vanguardia al mando de D. Diego López de Haro, Señor de Vizcaya. 

Cuando tan olvidadas están, y con tanto desdén se habla por los adversarios de la Euskal-erria, de las hazañas que en todo tiempo han realizado los euskaldunas, nada más justo ni más oportuno que el que nuestros poetas recorran las páginas de la historia, para reverdecer los laureles marchitos hoy por la pasión política, y beber su inspiración en las gloriosas empresas llevadas a cabo por los bravos descendientes de Aitor, presentándolas a la consideración de propios y extraños, así para restablecer la verdad de los hechos, como para estimular con tan nobles ejemplos el valor y el heroísmo de las generaciones presentes y venideras.

La oda del P. Arana, que obedece a tan alto fin, si bien corta en proporciones, es rica en inspiración, y notable por su correcta dicción y su elevación poética, habiendo merecido una mención honorífica en el Concurso celebrado, bajo los auspicios del ilustre bascófilo M. d' Abbadie, en el pueblecillo de Saint-Palais (Francia) en el mes de agosto de 1878.

La traducción castellana de que va acompañada esta composición, - así como también la de la oda a Elcano, - han sido expresamente hechas para el Cancionero, por el mismo autor de las producciones originales, que ha demostrado con ellas su buen gusto literario y sus excelentes condiciones de escritor.

En esta última, el P. Arana ha tenido la feliz idea de encabezar la oda, y terminar cada una de sus estrofas con un pareado de arte mayor, que contribuye a embellecer más y más su excelente versión.

Dice así la Oda:


1212.

Gurutzearen garaitupena

Euskaldunakin Nabas-en.


Atozte, (1) korri, kantatutzera

Euskaldun anai maitiak,

Gurutze galai Jainkozkoaren

Mirari guziz andiak.

Gurutze baten gugatik illik

Jaungoikoaren semiak

Desegin ditu beti- betiko (2)

Etsaien asmo guziak:

Distiatzen du mundu osoan

Gurutzearen argiak.


Orisen dago ¡zeiñ edergarri

Gure mendien gañetan!

Ori Erregeen buruetan (3) da

Agintarien armetan!

Ori da agiri gallorturikan

Gure Eliza danetan :

¡Lezo Santura begiak alcha!

Euskaldun erri onetan

Gurutzearen milla mesede.

Arkitzen dira loretan. (4)


Lauburu onek milla ta berreun

Amabigarren urtean 

Euskaldunakin garaitu zuen

Mairu gogorren artean:

Sancho (5) ta Alonso (6) buru zituzten,

Ta Aro (7) jaunaren mendean

Arri-ta-makill (8) bazijuazen

Basamortuen tartean.

Illera askotan, isill-isillik (9)

Mendigaiñ artu artean.


Igo ziraden artzai batekin

Muradal-eko portura

Ekusteko zan Afrikatarren

Beldur, larri ta estura.

Beela dijoaz, Ubeda utzirik,

Errege duten lekura:

Baña, Kristabak gurutzeakin

Ta Ama-Birjiñaen ichura,

Sartzen zaizkate, ill-edo bizi (10)

Beren gaiñ eta burura.


¡Aurrera! dio, Alonso erregek:

Ta oiduka danak ¡Aurrera!

Haro ta Lete, (11) Nuño ta Lopez

Saltoka ezpaten artera;

Millaka-euskaldun, otsoak nola

Ardiak triskillatzera:

An ere datoz Napar ta Aragoi

Kateak purrukatzera;

Lotsa gorrian (12) Errege beltza 

Sebilla-ratu da atzera.


Illerri bat da ilkintzarekin

Nabas deritzan tokiya;

Berreun milla berberiskoak

An utzi zuten biziya,

Gizon odolez ujoltzen zala

Guadalkibir-ko ibaya.

¡Gloriya bada Gurutzeari,

Birjiña Amari Gloriya!

Ta izarrez-gora jaso dezala

Mundubak Euskal-erriya.



1212.

Con los Bascos la Cruz ostenta gloria 

De las Navas en la ínclita victoria.


Venid, venid, y volad, caros hermanos Euskaldunas, a cantar los grandiosos portentos de la esbelta y divina Cruz: Al ofrecer en Ella su vida por nosotros el Hijo del Altísimo, desbarató para siempre los funestos intentos de todos sus enemigos;

Y bañado en su luz el mundo entero

Aparece radiante y placentero.

¿La veis? ¡Cuán hermosa se ostenta en las cumbres de nuestras montañas! Vedla en las coronas de los reyes, en las armas de nuestros guerreros y adalides! Vedla cómo se muestra y gallardea en lo alto de todos nuestros templos! Alzad vuestros ojos al santuario de Lezo, y veréis que en aquel humilde albergue de la Euskaria

Florecen de la Cruz portentos bellos,

Difundiendo benéficos destellos.

Este Santo Lábaro, conducido por los bravos Euskaldunas, obtuvo en 1212 una brillante victoria contra los fuertes mauritanos: Sancho y Alonso eran sus jefes, y al mando del Señor de Haro, iban a brazo partido, abriendo paso por bosques de espesos matorrales, por do desfilábase

En silencio la cauta muchedumbre

Del monte hasta arribar la erguida cumbre.

Dirigidos por experto pastor, presentáronse súbitamente en el alto puerto de Muradal. ¡Allí eran de ver el miedo, el terror y el congojoso aprieto de los africanos! Abandonan a Úbeda, y corren al punto a proteger el campamento de su Rey; más allá se lanzan los Cristianos, tremolando los estandartes de la Santa Cruz y de la Virgen Madre, y

De la hueste enemiga en lo más fuerte

Arrójanse a luchar a vida o muerte.

¡Adelante! grita el rey Alonso, y todos a voz en cuello responden ¡Adelante!. El de Haro y Lete, el de Nuño y López, lánzanse fieros a enemigas espadas, y miles de Bascos se precipitan tras ellos, como hambrientos lobos a destrozar indefensas ovejas. Allá van también tras éstos los Navarros y Aragoneses a romper las férreas cadenas, que defienden al agareno; escapa el negro rey hacia Sevilla; 

Dirige allá los pasos mal seguros,

Y esconde su vergüenza tras sus muros.

Con la horrible matanza conviértese en vasto cementerio el campo de las Navas: doscientos mil Berberiscos dejan allí sus vidas: hínchase y se acaudala con corrientes de sangre humana el Guadalquivir undoso. ¡Gloria, pues, a la Santa Cruz! ¡Gloria a la Virgen Madre!

Y el mundo ensalce el Euskaro ardimiento

Sobre estrellas del alto firmamento.


(1) Es segunda persona del plural del imp. del verbo etorri. 

(2) Beti-betiko, siempre y para siempre, o por siempre. Es muy expresiva esta repetición.

(3) Buruetan, lit. en las cabezas.

(4) Loretan arkitu, hallarse en flor, florecer.

(5) El rey D. Sancho el fuerte de Navarra.

(6) El rey D. Alonso VIII de Castilla.

(7) D. Diego López de Haro, mandaba la vanguardia, de la que formaba parte la legion bascongada.

(8) Arri ta makill, es una locución especial que quiere decir con todo empeño, con el mayor tesón (alegin guziarekin), a toda fuerza, a brazo partido, (al diran indar da bide guziekin), etc. 

(9) Isill-isillik, lit. callando-callando, es decir, con el mayor silencio, a fin de que no fracasara la empresa.

(10) Ill edo bizi, lit. a morir o vivir, esto es, a luchar a vida o muerte, a vencer o morir.

(11) Pedro Martínez de Leet o Lete, uno de los jefes navarros que formaba parte de la vanguardia euskalduna, en la que figuraban también Nuño y López, designados después.

(12) Es muy gráfica esta frase, lotsa gorrian, que no puede traducirse exactamente. Rojo de vergüenza, lleno de vergüenza...

III.

Ama euskeriari azken agurrak,

por Felipe Arrese y Beitia.

Dialecto bizcaíno.

Preciso es confesar que si la literatura y la poesía bascongadas no han alcanzado un desarrollo y un grado mayor de esplendor en tiempos antiguos, se debe indudablemente al abandono, a la escasísima protección de que han disfrutado sus raros cultivadores. Casi siempre se encontraban éstos sin medios de dar siquiera a conocer sus composiciones, y las más veces desaparecian aquellas sin los honores de la publicidad, para perderse en el panteón del olvido.

Basta fijarse para ello en un solo hecho. Apenas se ha despertado un poco la afición al bascuence, apenas han comenzado a gozar de alguna estimación las producciones escritas en este admirable idioma, y se han iniciado los concursos o certámenes que tienden a estimular esta propaganda, el número de los escritores aumenta visiblemente, y nuestra poesía va ganando de una manera ostensible en pureza, en elegancia y en elevación.

De puramente vulgar que era va caminando al rango de trascendente, y testimonio de ello son la soberbia elegía de Arrese, a la que sirven de preámbulo estas líneas, las dos odas del P. Arana, que le preceden en este mismo volumen, las traducciones clásicas del señor Otaegui, y otras composiciones de no menos valía con que en cortísimo plazo se ha enriquecido el hasta hoy modestísimo tesoro de nuestra poesía.

Este renacimiento, comenzado bajo tan felices auspicios, augura una época de mayor brillo y esplendor para la literatura bascongada, y los provechosos resultados alcanzados por los primeros iniciadores, deben servir de estímulo a los que, llenos de patriótico deseo, comienzan hoy a ejercitar sus primeros ensayos en esta antiquísima lengua, y de justa satisfacción a cuantos han contribuido a encarecer la necesidad de levantar del olvido y el abatimiento en que yacían nuestro especial idioma y nuestra peculiar literatura, y han trabajado en uno u otro concepto, para la realización de este fin.

Foméntense los certámenes poéticos y las justas literarias, ofrézcanse recompensas, aunque por el momento sean éstas poco menos que puramente honoríficas, a los que se distingan en estos trabajos, y pronto se verá aumentar el número de los escritores euskaros, con honra y provecho de nuestras letras.

No hace todavía un año, la Asociación Euskara, de Navarra, que tantos y tantos desinteresados y útiles servicios viene prestando desde su creación en pro de los intereses permanentes de la Euskal-erría, asociada con el ilustre bascófilo M. Antoine d' Abbadie, anunciaba uno de estos certámenes en lengua bascongada. Entre las numerosas composiciones que allí se presentaron contábase la elegía que a continuación reproduzco, composición notabilísima por su fondo y por su forma, que puede figurar dignamente al lado de los más celebrados cantos nacionales, y que revela la existencia de un poeta de primer orden, desconocido para todos hasta aquel momento.

Este poeta se llama Felipe Arrese y Beitia, y la composición con que ha hecho su aparición en el campo literario, y que le ha conquistado ya un nombre y un puesto estimable en el Parnaso bascongado, es la titulada ama euskariari azken agurrak.

"Ternura exquisita, profunda melancolía, grandiosidad de imágenes, lamentos como los de Jeremías y apóstrofes como los de Shakespeare, son las joyas que atesora esta elegía, sin rival en la lengua euskara", ha dicho con razón al examinarla el ilustrado y laboriosísimo escritor navarro D. Arturo Campion, (1)

"No puede desconocerse el valor literario de este canto. Es uno de los más bellos que posee la lengua euskara, y figurará sin desventaja entre los cantos nacionales de otros pueblos", ha añadido por su parte un distinguido bascófilo de allende el Bidasoa, en el breve preámbulo con que acompañaba una excelente traducción francesa de esta magnífica prosopopeya. (2)

Y grato es confesar, que con poetas como el Sr. Arrese y Beitia, y con producciones como la que es objeto de estas líneas, la poesía bascongada podría muy pronto salir con honra y gloria de la modesta oscuridad en que ha vivido hasta nuestros días.

Si hubiera de hacer un estudio completo de esta verdadera joya literaria, necesitaría más espacio del que puedo disponer en estas páginas, y por otra parte, el juicio que acerca de ella ha publicado con anterioridad mi querido amigo Arturo Campion, y cuyos párrafos más esenciales trascribo, me dispensan de esta tarea.

“La composición que acabo de traducir - dice el inteligente escritor navarro - marca un nuevo periodo en la poesía euskara; por primera vez ésta deja de ser popular, y se eleva al rango de trascendente: la profunda personificación de la raza en la lengua, es una prueba incontrovertible de ello. Aunque imperfectamente, creo haber conseguido hacer palpable la inspiración titánica que informa la elegía. 

(1) Artículo publicado en la "Hoja literaria" del Noticiero Bilbaíno, correspondiente al 12 de enero de 1880.

(2) Folletín de La Semaine de Bayonne, correspondiente al 6 de agosto de 1879.

Lo verdaderamente imposible de indicar son las numerosas bellezas de factura que encierra; a la atención de los aficionados me permito señalar la hermosísima estrofa que principia con las palabras

Zagozé oraindik zutik arkaitzak? (1)

en la que el poeta consigue producir un efecto onomatopéyico asombroso, al lado del cual palidecen el célebre verso de Zorrilla:

El ruido con que rueda la ronca tempestad,

y el tan celebrado del poeta latino:

Al tuba terribili sonitu taratantarra dixit.

"En la presente poesía el arte es tan grande como la inspiración, la ley de la gradación de los efectos, capital en literatura, está observada con rigurosísima exactitud. La poesía comienza con los plañideros acentos de la melancolía, y termina con los gritos épicos de la desesperación. Parece que estáis oyendo el crescendo de la sinfonía en do menor de Beethoven, mediante el que el incomparable músico alemán pasa del scherzo al alegro triunfal. Este golpe de genio lo ha tenido también Arrese. Mirad el camino recorrido desde las acongojadas palabras

Nun dira oraiñ oraiñ negarrak?

Nun dira neure begiak? (2)

hasta el grito sublime de Lurtu ichasuak, (3) y veréis que media un abismo que únicamente el vuelo de un águila podía salvar."

Hasta aquí el Sr. Campion, a cuyos justos elogios y atinadas observaciones nada tengo que añadir; sólo diré, por mi parte, que el bascuence de Arrese es claro, e inteligible sin gran esfuerzo para todos los euskaros, y que más que al lenguaje de Ochandiano, que es de los más difíciles, pertenece al dialecto de Guipúzcoa, que es el que sirve de lazo de unión entre todas las variedades, por más que conserve en sus detalles algo del sabor bizcaíno.

(1) Todavía permanecéis de pie, rocas? (trad. lit.).

(2) Dónde están ahora las lágrimas? Dónde están mis ojos? 

(3) Vuélvete tierra ¡oh mar!

Ahora bien: ¿quién es el hasta hoy desconocido autor de este poema?

Felipe Arrese y Beitia, nació en Ochandiano (Bizcaya) el 25 de mayo de 1841; de modestísima familia, aprendió las primeras letras en la villa natal, en la que permaneció hasta los trece años; y a esta edad, manifestándose en él una decidida afición a las bellas artes, pasó a Vitoria, en cuya Escuela especial ingresó como discípulo de dibujo y escultura del laboriosísimo profesor D. Marcos de Ordozgoiti.

Habiendo alcanzado los conocimientos necesarios se retiró a su hogar, y en él vive, trabajando de continuo en su profesión, construyendo, ya retablos, ya imágenes para las iglesias de las tres provincias hermanas, que le proporcionan ocupación más que suficiente, o entretenido en la decoración de edificios de toda índole, con trabajos en piedra y madera.

Durante el fatal periodo de la última guerra civil (1873 a 1876) permaneció en San Sebastián, donde halló manera honrosa de vivir con el fruto de su profesión, y entre sus trabajos de esta época se cuentan los bustos de hombres célebres que coronan el edificio que ocupa actualmente nuestro Instituto provincial.

El Sr. Arrese, muy aficionado desde su niñez a los libros bascongados, se había dedicado siempre con solicitud a su lectura, y había practicado algunos humildes ensayos en la lengua nativa; pero la composición con que se ha dado a conocer es la elegía Ama euskeriari, que constituye para él un justo título de gloria, y es una brillante joya para la poesía bascongada.

Nobleza obliga, y el éxito que ha alcanzado el Sr. Arrese, con su primera producción, le impone deberes cuyo cumplimiento no puede rehuir, sin defraudar las lisonjeras esperanzas que ha hecho concebir a todos los amantes de la lengua y la literatura bascongada.


IV.

Azken agurrak gure etsaigoari,

por

Antonio Arzac y Alberdi.

Dialecto guipuzcoano.

Esta pequeña composición es, por decirlo así, continuación y complemento de la admirable elegía de Arrese que le precede.

Habiendo leído el Sr. Arzac el sentido y triste adiós que el poeta bizcaíno dirigía, en momentos bien dolorosos ciertamente para la tierra euskara, a la lengua que desde los tiempos prehistóricos ha sido patrimonio de los bascongados, sintióse profundamente herido en su corazón, agolpáronse las lágrimas a sus ojos, vio en las desdichas intestinas, hijas de las pasiones políticas, la causa principal de los males que afligen a nuestro país, y con la esperanza y el entusiasmo que nunca faltan a la juventud, escribió esta composición, la primera sin duda ninguna que brotaba de su pluma, no acostumbrada hasta entonces a trabajos de esta índole, para predicar la unión entre hermanos e hijos de una madre común, como única áncora que pudiera contribuir a salvar el arca santa de nuestras viejas tradiciones.

El Sr. Arzac no ha hecho sino iniciar el pensamiento, desconfiando quizás de sus propias fuerzas, y en su brevísima composición nótase cierto desorden, propio de la excitación de que se hallaba dominado su espíritu. La idea que le anima es, sin embargo, tan útil como fructífera, y el ensayo merece sincero aplauso.

Lástima es que el Sr. Arzac no hubiera dado algún mayor desarrollo a su pequeña producción, que no obstante esa circunstancia mereció una mención honorífica en el Certamen celebrado en San Sebastián en 1879, al que fue presentado.

Sirva esta modesta distinción para infundir mayores alientos al joven poeta, y para animarle a continuar con fé y entusiasmo el camino que ha emprendido bajo tan felices auspicios.


Ama euskeriari

azken agurrak!!! (1)


Neure biotzeko Amacho (2) zarra,

Anchiñako ama Euskera,

Seme leyal bat oraiñ datortzu

Azken agurra emotera.

Ainbeste gerra goitu ezin da

Danori atsotu zara;

Zauriren zauriz galdu galdu-ta, (3)

Amacho, zuaz illtzera!


Zorigaistuan negargarri-ta

Dot sendimendu andia,

Geure lur maite dakustalako (4)

Gaztelatuta jarria,

Bestela erdu, erdu ikustera,

Tubal euskelaria,

Baña ez dozu ezagutuko

Oraiñ zeure jatorria.


¿Nun dira bada zure semiak,

Foru ta euskera-zaliak?

¿Nun dira bada, Tubal gure aita,

Zure ondorengo garbiak?

¿Nun dira bada zure ume zintzo

Eta leyalen legiak?

¿Nun dira oraiñ oraiñ negarrak?

¿Nun dira neure begiak?

Agur illun bat egin deuskue

Guraso zarren legiak,

Umezurtz batzuk gelditu gara

Billosik foru-bagiak.

Izan bagiña eurak legetche

Euskeriaren zaliak,

¡Oso ta garbi gordeko ziran

Oitura aiñ miragarriak!


Errazoyagaz esango dabe

Gure urrengo umiak

Izan giñala duda bagarik

Ero ta zoro garbiak;

Jakngio (Jakingo) dabez euskeriagaz

Genduzan eskubidiak,

Erdera-zale (7) giñalako egin

Galdu zirala guztiak.


Zorioneko arkaitzak, eta

Zorioneko mendiak,

Oraiñ artian zuek zare izan

Foruen gordelariak.

Zuek goyetan beti euskeldun,

Ez alan beyan erriak; (8)

Orra zer gero ekarri deuskun

Azkenian erderiak.


Ez, beyetan ja ez det ikusten

Tubalen ume zintzorik,

Ez dalako gaur emen entzuten

Erdera baño besterik.

Onechek dauka nire biotza

Naibagez erdibiturik, (9)

Ez dodalako gure euskera

Osatuko dan usterik.


Euskeriari gorroto eta

Gozau nai bere foruak

Dirala uste dot barru-barrutik (10)

Auterestia zoruak.

Izan leiteke ori alan, baña

Niri ezetz diñost goguak;

Baldin euskera bizten ezpada,

Illzat daukadaz foruak.


Geure erruz bada ekarri dogu

Eriotzako unera

Berbeta eder, gozo ta leun au

Beste munduko atera.

Norbait ezpada laster minduten

Osasuna ematera,

Mundutik laster juan bear dau

Ama Euskerak bestera.


Ainbeste seme eman zikuzan

Ichasorako zoliak,

Liorrerako ez gichiago

Gerrari bildurgarriak;

Liburuetan ta izkuntzetan

Ugari miragarriak.

¡Ill ziran danak, ta oraiñ ill biar

Euskera maitagarriak!


Or, Gernikako arboliaren

Oñian dago etzinik,

Estu ta larri, ta ja illian,

Arnasaz bete ezinik.

¿Au jakin-eta, ez ete deutsa

Iñok artuko errukirik?

¿Ez ete datoz bere semiak

Osagarriak arturik?


Ay neure Ama, gaurko semiak

Derichat (11) dagoz aztu-ta,

Estura onetan lagundutera

Iñor ez da agertu-ta.

¡Ill zaite bada, bakar ta soillik,

Paradisuko izketa, (12)

Sei milla urtian ainbeste damu,

Garratz, mingotz iruntsi-ta! (13)


¿Zer aldaikezut, (14) Ama, bakarrik

Agonia estu orretan?

Zotin, zizpuru, negarrez urtu (15)

Etzinik zeure oñetan;

Parka eskatu seme danentzat

Biotzez bene-benetan, (16)

Zuri arimia lagun ipinten

Jaungoikuaren eskutan.


Zuaz mundutik orban bagarik,

Zuaz mundutik garbia,

Zuaz mundutik adorau baga

Ez idi eta ez beija.

Beti gorrotau, beti zapaldu

Zenduen idolatria,

Ja oraiñ zagoz Jaunak emoten

Fedian zintzo bizia.


¡Ill da Euskera! ¡Ill da Euskera!

Betiko itchi dauz begiak,

¡Negar Arabak! negar Guipuzkoak!

Negar egin bei Bizkayak!


Negar, arkaitzak! negar, mendiak,

Agortu arte iturriak,

Ainbeste gacho, ainbeste gatchen

Osasun emongarriak. (17)


¡Negar, Naparrak, geure anayak,

Ta Euskeldun Frantziakuak!

¡Negar batera! (18) danok urratu

Sentimenduz soñekuak.

Artu historia edo kondairak

Emengo anchiñakuak,

Ta euren lekuan asi barriak

Aurrerantz' erderazkuak. (19)


¿Eta nuñ dozuz, zeruko arbola,

Zuk bere jantzi berdiak?

Zure erramok billoch dakustaz (20)

Igar ta ezkur bagiak. (21)

¡Ai mingarria! Gaztelako arrak

Jan deutsuz sustrai guztiak,

Bai-ta biotza, bai-ta barruak,

Azala itchi-ta bestiak.


¿Zagoze oraindik zutik, arkaitzak? (22)

¿Dollortu baga, mendiak?

¿Samur emoten Somorrostrogaz

Zeuen ondasuntegiak?

¿Errotak klan klan, taun taunka olak,

Eta pill pill iturriak,

Biziro errekak, bai ta ichasuak

Opaz arraintz ugariak?


Geyegi da ta ¡ausi, arkaitzak!

Onegi ez izan, mendiak,

Lurpetuteko Euskera ill-ta

Bere ondasun biziak.

¡Bera, tontorrak; bete, arruak;

Erdue Gaztel-lau igarrak;

Agortu, errekak; lurtu itchasuak;

Agur, euskeldun ibarrak.


Geure Erria, gizaldi danak

Zeugaz dira komutauko,

Ez dabelako beste erri bat

Zu duiñ garbi (23) aurkituko.

Etsai batzuek alper-alperrik (24)

Zure izena zikinduko:

Zeure Jaungoiko, egi bakarrak,

Dau oso garbi gordeko.

Felipe de Arrese y Beitia.


(1) Azken-agurrak, lit. últimos saludos.

(2) Amacho. Es un diminutivo de Ama, usado, no para determinar una relación de pequeñez, sino para expresar mejor un afecto cariñoso.

(3) Son de admirable efecto las repeticiones de este verso, Zauriren zauriz galdu galdu-ta, verdaderamente notable por su armonía, y de imposible traducción literal en castellano.

(4) Dakustalako. Es el verbo ikusi, ver, conjugado en su forma irregular.

(5) Es muy elegante, y da mucha energía a la dicción, la serie de repeticiones empleada en esta estrofa. ¿Nun dira...

(6) Gure urrengo umiak, lit. nuestros primeros hijos, nos premiers descendants ...

(7) Erdera-zale, aficionado a lengua extraña. El bascuence llama Erdera a toda lengua extraña, y erdalduna a todo extranjero, a todo el que no sea del país euskaro. Esta última voz úsase, pues, en la misma acepción que los pueblos antiguos empleaban el calificativo de bárbaro.

(8) Zorioneko arkaitzak eta... El poeta culpa a los pueblos de los valles que han abandonado el uso del bascuence, que se conserva todavía en toda su integridad en los caseríos y las aldeas. Este pensamiento se halla ampliado en los cuatro primeros versos de la siguiente estrofa.

(9) Onechek (esto mismo) dauka (tiene) nire biotza (mi corazón) erdibiturik (dividido en dos, hecho dos pedazos) naigabez (de contrariedad, de dolor, de aflicción).

(10) Barru-barrutik, lit. de dentro-dentro, de lo más hondo de la conciencia.

(11) Derichat, b. deritzat, g., paréceme. Es el presente de indicativo irregular del verbo iritzi, parecerle a uno, haciendo juicio.

(12) Paradisuko izketa, lit. del Paraíso lengua; lengua descendida del Cielo, langue descendue du ciel.

(13) Lástima es que el autor haya dejado pasar en los versos 2.°, 4.° y 8.° de esta estrofa la consonancia con la conjunción final ta, que es muy pobre, y debe en realidad considerarse como defectuosa.

(14) ¿Zer aldaikezut... lit. ¿Qué es lo que te puedo... hacer? Es el verbo al, poder.

(15) Negarrez urtu, derretirme en lágrimas, (fondre en larmes). El verbo urtu, procede de ur-a, agua, y expresa desde luego la acción de derretirse, liquidarse (licuarse), convertirse en o volverse agua.

(16) Bene-benetan, de todas veras, de todo corazón.

(17) Es ésta una de las estrofas más notables de la composición, por el profundo sentimiento que domina al poeta y por el arte con que sabe expresarlo. Son muy hermosas, la prosopopeya o personificación, por la cual el poeta se dirige a las provincias euskaras, y aun a sus montañas y sus rocas, al darles cuenta de la triste nueva, y bellísimas las varias repeticiones de dicción que se observan. 

(18) Negar batera! Llorad a una, llorad a un tiempo...

(19) El señor Campion ha traducido así la segunda parte de esta estrofa: "Quédese para otros el triste empleo de escribir en ex-

tranjera lengua los futuros acontecimientos." (A d' autres que nous d' ecrire en langage étranger les événements futurs!)

(20) Dakuztaz. Es una de las formas irregulares del verbo ikusi, las veo... Veo tus ramas desnudas...

(21) Igar ta ezkur bagiak, secas y sin bellotas.

(22) Zagoze oraindik zutik, arkaitzak? ¿Estáis (permanecéis) todavía en pie, peñas? - Esta y la siguiente estrofa son de primer orden, y quizás, y sin quizás, no tienen rival en la poesía euskara. El efecto onomatopéyico de los versos 5.° y 6.° es admirable.

(23) Zu duiñ o zure diñ garbi, tan pura como tú.

(24) Alper-alperrik. Repetición muy común en bascuence y muy expresiva. Lit. en vano-en vano. Está suplido el verbo dute. Zure izena dute zikinduko.


Último adiós a la madre euskara.

¡Oh venerable y querida madre de mi alma, oh antiquísima Euskara, permite que uno de tus leales hijos venga a darte el último adiós. Las prolongadas luchas debilitaron tu vejez; desgarrada por mil heridas, oh madre, vas a morir!

En terrible aflicción lloro, lleno de pesar, pues veo castellanizada a nuestra querida patria. Túbal, padre del Basco, acércate y mira. ¿Reconoces aún tu descendencia?

Dónde están los amantes hijos de tus leyes y de tu lengua? ¡Oh, Túbal, nuestro padre, ¿dónde se oculta tu limpia prole? ¿dónde las libertades de tus sabios hijos? Lágrimas mías, ¿dónde estáis? ¿Dónde mis ojos, que no lloráis?

Las viejas leyes de nuestros padres nos han lanzado un sombrío adiós; hemos quedado huérfanos, despojados de nuestras libertades. Si hubiéramos amado el Euskara, cual nuestros antepasados, aún vivieran entre nosotros, puras e intactas, nuestras admirables costumbres.

Con razón dirán nuestros hijos que fuimos unos locos, unos insensatos; pues sabrán que por haber amado extraña lengua perdimos todos los derechos que nos concedía el Euskara.

¡Dichosas montañas, dichosas rocas! Vosotras habéis sido hasta ahora los leales custodios de nuestras instituciones. Vuestros elevados flancos son y han sido siempre bascongados: no así las llanuras que descansan a vuestros pies. ¡Mirad las desdichas que nos ha traído la lengua que no ha nacido en el país!

No, ya no veo en los llanos los prudentes hijos de Túbal, pues en ellos no se escucha otra voz que la del erdera. Esto tiene mi corazón deshecho de dolor, pues no pienso que el Euskara recobrará de nuevo su antiguo poderío.

Odiar el Euskara y pretender conservar sus fueros, es vana locura! Tal es al menos mi convicción, nacida de lo más hondo de la conciencia. Podrá ser de otro modo, pero la razón me dice que no. Si el Euskara no resucita, muertas quedarán para siempre nuestras libertades.

Por nuestra culpa hemos traído a la agonía lengua tan hermosa, tan dulce y tan bella. Socorramos pronto a nuestra madre, antes que se aleje de la tierra.

¡Cuántos ilustres marinos, cuántos temibles guerreros, cuántos sabios insignes en las ciencias y las artes ha engendrado! Murieron todos, y ahora, ahora su idolatrada madre Euskara va a morir también.

Miradla al pie del árbol de Guernica, postrada en tierra, oprimida, convulsa, atormentada por el estertor de la muerte, y sin poder encontrar aire bastante para sus pulmones. ¿Tan inmenso dolor no moverá a compasión a nadie? ¿No acudirán sus hijos a prestarle los necesarios socorros?

¡Ay, madre mía! Tus actuales hijos deben haberte olvidado, pues ninguno acude a consolarte en este supremo trance. Muere, pues, muere sola y abandonada, lengua del paraíso, después de haber devorado durante seis mil años tantos ultrajes, tantas amarguras y tantos dolores.

¿Qué puedo hacer yo, solo, ¡oh madre! en tu triste agonía? Gemir, sollozar, derretirme en lágrimas, echado a tus pies, y pedir perdón desde el fondo de mi alma para todos tus hijos, acompañándote hasta que entregues tu alma a Dios.

Aléjate del mundo sin mancha, aléjate pura de la tierra, vete del mundo sin haber prestado adoración a los falsos dioses. Siempre odiaste, siempre aplastaste la idolatría … entrega tu alma a Dios en la pureza de la fé.

¡Euskara ha muerto! Euskara ha muerto! Se cerraron sus ojos para siempre! Llora Alaba! llora Guipúzcoa! llora Bizcaya! Llorad peñascos, llorad montañas, hasta agotar nuestras fuentes, esas fuentes tan saludables para todos los males y tan bendecidas por los que sufren.

Llorad también, Navarros. Llorad, Basco-franceses, pues sois hermanos nuestros. Lloremos juntos, rasguemos de dolor nuestras vestiduras, desgarremos las páginas de nuestra antigua gloriosa historia, y, en su lugar, comenzad las nuevas en lengua extraña.

Y tú, árbol celeste, dónde tienes también tu verde vestidura? Veo tus ramas desnudas, secas y sin fruto ¡Oh dolor! el gusano ultra-ibérico devoró tus raíces, tu médula y tus fibras; no ha dejado más que la árida corteza.

Rocas, aún permanecéis de pie? No os hundís, montañas? ¿No entregáis, como las minas de Somorrostro, el depósito de vuestros bienes? ¿Por qué turban todavía el silencio las volteantes ruedas de los molinos, los martillos de las fraguas, el murmullo de las fuentes y el ruido de los torrentes? ¿Por qué el mar llena de abundantes peces las redes del pescador?

¡Basta, basta! Rompeos, rocas; desgarraos, montañas, dejando ya de ser generosas. Euskara ha muerto: cubrámosla de tierra, sepultemos sus inapreciables bienes. Hundíos, altivas cumbres! Rellenaos, profundas gargantas! No oís la voz áspera del ultra-ibérico? Secaos, ríos; petrifícate, oh mar! Adiós, valles bascongados!

¡Oh, patria mía! Las generaciones futuras han de acordarse de ti, pues no encontrarán tierra más pura que tú. En vano mancharán tu nombre algunos enemigos; tu Dios, que es la verdad única y eterna, sabrá preservarte de toda mancha.


Azken agurrak gure etsaigoari.

Felipe Arrese Jauna-ri.


Irakurririk, anai nerea,

¡Ill da Euskera betiko!

Negar samiña, malko tristea,

Isuridet lenbiziko.

Damu garratza artu det eta

Ama ¿non zera? otsegindet.

- “Emen naiz, seme urrikitua,

Oraindik arnasa badet.

Utzi zizpuru eta auhenak,

Elkartu, seme maiteak,

Libranazake bakite onak,

¡Adinazute gaisoak!”


Ea bada, kuraia, nai luke Guipuzkoak,

Kuraia eranzutendu batian Bizkayak,

Kuraia Naparroak, kuraia Arabak,

Kuraia gure anai, franzes-euskaldunak.


Ez, Felipe, ez; azken agurrak,

Desarokida joanari,

Eta biotzetik, fedez beterik.

Esanzaiogun Amari:

“Atoz Amacho, arren, onera,

Zure semeen artera;

Zu gabetanik, ez degu izan nai,

Illtzen bazera, ilko gera.

Baña ¡EZ!

Beti gugatik bizikozerá,

Sekulan ilko etzerá.”

A. Arzac.


Último adiós a nuestras enemistades.

Al Sr. D. Felipe Arrese.

Al leer, hermano mío, ¡Ha muerto para siempre el bascuence!, amargo llanto, tristes lágrimas he vertido por la vez primera, y lleno de profundo dolor, he llamado a la madre Euskara: Madre, ¿dónde estás?

- "Aquí estoy, hijo compasivo (ha respondido nuestra Madre), aún respiro. Dejad los suspiros y los lamentos, uníos, hijos amados, una sincera unión puede todavía salvarme.”

Ea, pues, ánimo, quisiera Guipúzcoa, ánimo, responde a la par Bizcaya, ánimo Navarra, ánimo Álava, ánimo, nuestros hermanos los basco-franceses.

No, Felipe, no: demos nuestro postrer adiós, no al bascuence, sino a las pasadas intestinas discordias, y de todo corazón, y llenos de fé, digamos a nuestra Madre:

"Ven, Madre, por Dios, entre tus hijos, no queremos vivir sin ti, y si mueres, moriremos también. Pero no, vivirás siempre por nosotros: has de ser inmortal."

V - VI - VII y VIII. Varias versiones por el P. José Ignacio de Arana.

V – VI - VII Y VIII.

Varias versiones

por

el P. José Ignacio de Arana.


Amarrekoa.

¡Zenbat nai nuke, (1) ¡Ama Birjiña,

Ama gozo chit maitea,

Zure amorez chingar-egiñik

Biotza kiskaldutzea...!

¡O nere eztiya! nere Erregiña!

Naizan guztiya suturik,

¡Ay! banegoke, zure maitetzan

Aingeru danak gaiñdurik,

Asma ditezken modu guzitan

Zu amatutzen urturik!!!


Amarrekoa.


Bedeinka-zaite Garbi izate

Beti-betiko guzian:

Bada alaitzen da Jainkoa bera

Aiñ edertasun aundian.

¡Zeruko Erregiñ paregabia

Birjiña danen loria...! (2)

Gaurti benetan eskeintzen dizut

Biotz ta anima neria;

Begira errukiz; ez utzi ni arren

¡O Ama zoragarria! (3)

(1) Zenbait nai nuke! lit. ¡Cuánto quisiera!...

(2) Reina del Cielo (zeruko erregiñ) (N. E. erregiñ, regina : reina, reyna) sin par (pare-gabia), flor de todas las Vírgenes...

(3) Ez utzi ni arren. No me dejes, por favor, por piedad. ¡Oh Madre enloquecedora, divina (zoragarria).


V – VI - VII Y VIII.

Texto original de las composiciones traducidas por el P. José Ignacio de Arana.


Décima.


Quisiera, Virgen María,

Madre mía muy amada,

Tener el alma abrasada

En vuestro amor noche y día.

¡O dulce Señora mía!

¡Quién tuviera tal fervor,

Que aventajara en ardor

A los serafines todos,

Amándoos por cuantos modos

Inventó el más puro amor.

(Anónima.)


(N. E. Me recuerda a José Zorrilla Moral)


Décima.


Bendita sea tu Pureza,

Y eternamente lo sea,

Pues todo un Dios se recrea

En tan graciosa belleza.

A Ti, celestial Princesa,

Virgen sagrada María,

Te ofrezco desde este día

Alma, vida y corazón;

Mírame con compasión:

No me dejes, Madre mía.

(Anónima.)


Zorziko aundi bat.


Zeruko argi Jainkozko-gabe

Zer da gizona munduan...?

Kristau-sinismen iturri-gabe

Egarri dago barruan:

Griña gaistoak ari zaizkio

Gerra bizi ta sutuan,

Errelijio santuz-ez bada

Nolatan sartu zeruan...?



Lope-zanaren zortzikoa.

Amarrekoan.


Zertako jayo ninzan, ez pada

Igo nadien zerura...?

Ill bearra det... ta are-geyago

Eror ninteke infernura...

Eror ninteke ...? (1) Eta banabill (2)

Beti begira mundura...?

Eror ninteke...? eta maita det

Gauz-ezerezen ichura...?

Oso-zoro naiz, giatze ez-panaiz

Santuen bizi-lekura.


(1) ¡Eror ninteke! ¡Puedo caer!

(2) Banabill. Es primera persona del singular del presente de indicativo del verbo ibilli, nabill, con la partícula afirmativa ba, antepuesta.


UNA OCTAVA REAL.


¿Qué es el hombre lanzado en esta tierra

Sin la luz de la antorcha soberana,

Sin el raudal de júbilo que encierra

La fuente pura de la Fé Cristiana?

Muévenle sus pasiones cruda guerra,

Y si la débil fortaleza humana

Opone sólo a su tremendo embate,

¿Cómo vencer en el mortal combate?

(J. Zorrilla. - Poema religioso María, VIII, "La Fé Cristiana.")


Octava de Lope De Vega

Vertida en décima.


Yo ¿para qué nací? Para salvarme:

Que tengo de morir es infalible:

Dejar de ver a Dios y condenarme

Dura cosa será, pero posible.

¿Posible? ¿Y tengo amor a lo visible?

¿Posible? ¿Y tengo aliento de alegrarme?

¿Qué hago? ¿En qué me empleo? ¿En qué me encanto?

O yo soy un loco, o debo ser un santo.

(Lope de Vega.)


IX.

Versión de la misma octava de Lope hecha por el Lic.° D. Miguel de Suescum.

La precedente octava de Lope de Vega, que fue esculpida en un cuadro enlosado en campo de ladrillos en la pared de la iglesia de San Martín de la Corte, ha sido traducida anteriormente al bascuence por el Lic.° Miguel de Suescum, cuya versión que a continuación reproduzco, fue incluida por Isasti en su Compendio historial de Guipúzcoa (página 171), escrito en el año de 1625, e impreso en San Sebastián, por Ignacio Ramón Baroja, en 1850.

Como el lector puede observar, el bascuence del Lic.° Suescum, a pesar de su antigüedad, apenas difiere absolutamente del de nuestros días. 

(N. E. Ya se encargará el batúa de que difiera)
Dice así esta versión:


¿Ni zertako jayo ninzan? Salbanedin

¿Il bear baitiket nik? Bai gertu date. (1)

Jainkoa ez nezan ikuz, kondena (2) al nedin,

Gauza tristea lizake, ordea badate.

Badate, eta farra, lo, eta josta nedin? (3)

Badate, eta ikusi alas nai al naite?

Zer ari naiz? Zertan nabil? Arritu al naiz?

Erotu ni (4) bidenaiz, Santu ezpanaiz. (*)

(Lic.° Miguel de Suescum.)

(*) Los últimos cuatro versos de esta octava aparecen en Isasti con algunas ligeras variantes, a las que se halla ajustada la versión del Lic.° Suescum. Dicen así:

Posible? Y río, y duermo, y quiero holgarme?

Posible? Y amo y quiero lo visible?

Qué hago? En qué me empleo? En qué me encanto?

Loco debo de ser, pues no soy santo.


(1) Bai gertu date... Sí, puede acontecer...

(2) Como sinónimo propio del exótico Kondenatu, el bascuence tiene el puro eripetu.

(3) ¿Badate, eta farra, lo, eta josta nendin...? ¿Puede ser, y río, y duermo, y puedo holgarme...?

(4) El verso hubiera ganado con la supresión de este ni, completamente innecesario y superfluo.


V. Poesías místicas y religiosas.

V.

Poesías místicas y religiosas.


I. 

Ave maris stella.

Versión euskara.

por D. Eusebio María Dolores de Azcue.

Dialecto bizcaíno.

En uno de los tomos anteriores (IV de la serie II) he dado a conocer, entre otras composiciones de este ilustrado poeta bizcaíno, una excelente traducción euskara del lúgubre y solemne himno religioso, conocido con el nombre de Dies irae..., composición que, como dije en el breve juicio de que la hice preceder, bastaría para acreditarle de hombre de gusto y de excelente poeta.

Hoy tengo el gusto de ofrecer a los lectores del Cancionero otra versión, también inédita, y no menos notable, de otro de los más conocidos himnos religiosos: el Ave maris stella, de San Bernardo, que el mismo Sr. Azcue tradujo a la lengua euskara, con una precisión y una elegancia verdaderamente dignas de aprecio, y que hablan muy alto, tanto en favor de las excelentes cualidades de poeta de este laborioso profesor, como de la flexibilidad y riqueza de la lengua bascongada, que tan admirablemente se presta y se amolda a la expresión de todo género de sentimientos y de ideas.

Fácil y cómodo me hubiera sido acompañar esta nueva versión del Sr. Azcue de una de las muchas traducciones castellanas que de este himno abundan en los libros piadosos; he preferido, no obstante, atendiendo al fin filológico, objeto principal del Cancionero, haber de ella una versión, literal hasta donde sea posible, para que de esta manera, el lector pueda apreciar mejor su mérito literario y examinar la composición aun en sus menores detalles.

A esta traducción, sigue, por último, el texto latino del famoso himno de San Bernardo, con el objeto de que pueda así consultarse en las fuentes originales cualquier duda a que pueda dar origen la versión euskara que tengo el gusto de dar a conocer. Hé aquí, ahora, ésta:


Ave maris stella.

Euskarazko bertsoetan.


Jaunak gorde zaizala

Ichasoko izarra, (1)

Jaungoikoaren Ama

Garbi ta bakarra,

Eta Birjiña beti-

Beti izanekoa,

Zeruetako ate (2)

Zorijonekoa.


Gabrielen agoti

Ave bat arturik,

Zeiñ dan Eva-n izena

Letrak (3) biurturik,

Egiguzu bakia

Geure Jaun onagaz,

Sierpian (4) burua

Zapaldu ta oñagaz. (5)


Askatuizuz katiak

Errudun guztijai,

Emoizu (6) argitasuna

Itsu dagozanai;

Kenduizuz geure gachak

Birjiña Marija,

Eskatuizu geuretzat

Ona dan guztija.


Arren erakusizu

Ama zariala,

Zeugatik eskarijak

Ak artu deizala,

Zein mundura etorrita

Gu gaiti bakarrik,

Zeure seme izatia

Igaro eban pozik.


Birjiña guztiz bakar,

Ama Jesusena,

Jaijo danen artian

Bijotz bigunena,

Kendu ta geure kulpen (7)

Guztiz kate astunak,

Egizu izan gaitezan

Garbi ta bigunak.


Emoiguzu graziya (8)

Bizitzeko garbi,

Eta egiguzu bide- (9)

Ziurrian argi,

Bizi gaitezen beti

Jesusen aurrian,

Inos amaituko ez dan

Atsegiñ artian.


Alabantsak (10) Jaungoiko

Guztijon Aitari,

Hossana seme berak

Unjidu (11) ebanari:

Baita Espiritu-Santu

Jaunari amorioa,

Iru pertsonentsako

Bardiñ onoria. (12) Amen.


Arren ontzat artuizu,

Birjiña santia,

Neuk denpora guztijan

Zeu alabetia: (13)

Ekazuz Ama neuri

Fedian indarrak

Puskatuteko zeure

Arerijo charrak.


Magdalena-ri barka ziñion

Ta aditu lapur onari;

Eman ziñidan ichodomenaz

Leku nai diot (14) pozari...


Ez dira diña nere erreguak,

Baña ona zeran ezkero,

On-egidazu, betiksuaz

Kiskal ez nadiñ ni gero.


Aker artetik kendu nazazu

Ta artu eskubi-partera,

Sarturik arren zere ardiyakiñ

Zeruko artegi maitera.


Ondatutzean gaisto guziak

Su-ta garrezko leizean, (15) 

Deitu nazazu zeregana ni (N. E. leo ní)

Bedeinkatuen artean.


Nagokizu-eske, ta makurturik

Autsetaraño biyotza, (16)

Salbatzeko arren irichitzean

Juizio-egun zorrotza...


¡¡Gizona autsetik pisten danean

Negargarria egun-hura...

Zeñetan zayon erabakiko

Sartzen dan edo ez zerura...!!


Barkatu bada neri, Jaungoiko

Jesus Jaun nere maitea,

Eta fededun animai eman

Beti-betiko pakea.


Ala izan dedilla.

(Azaroa-ren 17 I-an 1867-n.) 

J. J. A.


(1) Ichasoko izarra, estrella de los mares. Maris stella. 

(2) Zeruetako ate zorionekoa, dichosa puerta de los Cielos. Felix cœli porta. En uno de los borradores originales que he visto del autor dice: Zerurako dan ate...

(3) Sinónimos puros de letra: izkira, bechia.

(4) Sinónimo euskaro de esta voz: sugarrasta, suge-a, ersuga o erensuge-a. - El verso hubiera, pues, ganado en pureza con esta modificación: Sugearen burua...

(5) En originales del autor he visto también esta estrofa con estas variantes:

“Gabrielen agoti

Ave entsun ezkero,

Zein dan Eva-n izena

Biurtu ta gero,

Ereizu bakiaren

Azija lurrian,

Borondate ona daben

Gizonen artian.”

"Siembra (ereizu) la semilla (azija) de la paz, (bakiaren) entre los hombres de buena voluntad.



Ave maris stella.

Traducción literal castellana.


Dios te guarde, estrella del mar, Madre de Dios, pura y única, Virgen siempre, dichosa puerta de los Cielos.

Tomando de boca de Gabriel el Ave (Salve o salutación), que, invirtiendo las letras es nombre de Eva, haznos la paz (restitúyenos a la paz) con nuestro buen Dios, aplastando con el (bajo tu) pie la cabeza de la serpiente.

Desata las cadenas a todos los culpables (pecadores), da la luz (presta luz) a los que están (permanecen) ciegos; quítanos (despójanos de) nuestros males, Virgen María, (y) pide para nosotros todo lo que es bueno.

por favor, muestra que eres Madre, y por tu mediación, reciba nuestras peticiones Aquel que vino al mundo sólo por nosotros, y que pasó, gozoso, por ser hijo tuyo.

Virgen única, Madre de Dios, la más piadosa entre todas las nacidas, librándonos de la pesada cadena de nuestras culpas, haz que seamos puros y humildes.

Concédenos la gracia (necesaria) para que seamos puros, y préstanos luz en el sendero estrecho (de este valle de lágrimas), para que vivamos puros ante Dios entre el gozo que nunca tendrá fin.

Alabanzas a Dios, Padre de todos, Hossana (Hosanna) al Hijo que Él ungió, y amor al Espíritu Santo; igual honor para las tres personas. Amen.

Ten a bien, por favor, Virgen santa, que te alabe en todo tiempo, y dame, (concédeme, préstame) fuerzas para aplastar a tus rebeldes enemigos.


Ave maris stella.

Texto latino.


Ave maris stella,

Dei mater alma,

Atque semper Virgo,

Felix cœli porta.


Sumens illud Ave,

Gabrielis ore,

Funda nos in pace

Mutans Evae nomen.


Solve vincla reis.

Profer lumen cœcis,

Mala nostra pelle

Bona cuncta posce.


Monstra te esse Matrem,

Sumat per te preces:

Qui pro nobis natus

Tullit esse Tuus.


Virgo singularis,

Inter omnes mitis,

Nos culpis solutos

Mites fac et castos.


Vitam presta puram

Iter para tutum;

Ut videntes Jesum

Semper colloetemur.


Sit laus Deo Patri,

Sumo Christo decus,

Spiritui Sancto

Tribus honor unus. Amen.


Dignare me laudare te

Virgo Sacrata:

Da mihi virtutem

Contra hostes tuos.


II.


Cántico a la virgen de Aránzazu

por

Sor Juana Inés de la Cruz.

Con el nombre de La Monja de Méjico, es conocida en América y en Europa, una de las más ilustres escritoras del siglo XVII, honra de su sexo por su ilustración poco común, por su ciencia y sus virtudes. Sor Juana Inés de la Cruz, que éste es su nombre, nació en 12 de noviembre de 1651, en el pueblo de San Miguel Nepantla, a doce leguas de Méjico, siendo sus padres D. Pedro Manuel de Asbaje, noble guipuzcoano de la villa de Vergara, y doña Isabel Ramírez, natural de Ayacapixtla.

Descubrió desde sus más tiernos años un prodigioso ingenio y una afición tal al estudio, que a los quince había aprendido ya la gramática latina con tal perfección que escribía en dicha lengua con rara facilidad, tanto en prosa como en verso, manejando y entendiendo los mejores libros romanos.

La fama de su singular talento hizo que el Virrey, Marqués de Mancer, le condujera a Palacio, donde entró a servir de dama de honor cerca de la Virreina, y a los diez y siete años, congregados en Palacio buen número de teólogos, juristas, filósofos y poetas, examinaron minuciosamente a Sor Juana Inés, conviniendo todos, y notificándolo así al dicho Virrey, "que el talento de la joven era prodigioso, y que su erudición excedía a su edad y a su sexo, y aun a lo que podía esperarse de un hombre criado en las Academias literarias."

Joven aún, retiróse a la soledad del claustro, tomando el hábito de religiosa gerónima en el monasterio de Méjico, dedicándose allí durante veintisiete años, a la vez que al cumplimiento de sus estrechos deberes religiosos, al cultivo de la teología, la inteligencia de las Santas Escrituras, la lógica, la retórica, la física, las matemáticas, la historia, la música y la poesía, demostrando en tantas y tan variadas ciencias, su raro talento y su prodigiosa erudición.

Su saber y su ingenio poético le valieron los dictados de "cisne de Méjico" y "décima Musa", con los que fue conocida, y las obras que dejó escritas son testimonio eterno de su profunda sabiduría en todos los ramos del conocimiento.

El ilustre P. Feijoo, uno de sus admiradores y críticos, llegó a escribir: 

"La célebre monja de Méjico, Sor Juana Inés de la Cruz, es conocida de todos por sus eruditas y agudas poesías, y así excusado es hacer su elogio. Ninguno acaso, de los poetas españoles, la igualó en la universalidad de noticias de todas facultades."

Parecidos elogios han hecho de ella otros muchos escritores, e ilustres Prelados, nacionales y extranjeros, como puede verse en los apuntes que de esta insigne Poetisa Mejicana aparecen en las páginas 184-191 del Ensayo de una colección de memorias de hombres célebres naturales de Guipúzcoa, publicado en Florencia en 1876, del que he extractado la mayor parte de las precedentes noticias.

Sor Juana Inés de la Cruz, falleció contagiada de la peste el 17 de abril de 1695, después de haber asistido a sus hermanas con ejemplarísima caridad, siendo su muerte universalmente sentida en todo el reino.

De sus Poesías sagradas y profanas, que contienen gran número de composiciones en castellano, algunas en latín, en italiano, y en tocotín, (lengua de Méjico), 

(N. E. Náhuatl, entre 68 idiomas autóctonos con sus variantes o dialectos. Sor Juana Inés de la Cruz fue la autora que llevó a su máximo esplendor el tocotín literario, pues dos de sus autos sacramentales más conocidos y logrados - El divino Narciso y El cetro de José - presentan sendos pasajes con este recurso.)

se han hecho diversas reimpresiones en Madrid, Sevilla, Barcelona y otros puntos. En dicha colección figura la siguiente composición que escribió para la fiesta de la Asunción de Nuestra Señora, remedando el lenguaje de los bizcaínos, y en la cual confirma ella misma su origen bascongado, dejando ver que no le era tampoco desconocida la lengua de sus ascendientes.

Dicho cántico, que con su propia ortografía incluyo en esta sección, como una verdadera curiosidad literaria, forma parte del Villancico II del Nocturno III, que debió ser cantado en la catedral de Méjico en 1683, y aparece en las páginas 239 y 241 respectivamente de las ediciones de Madrid, 1689 (1), y Barcelona, 1691. (2) Dice así:

(1) Inundación castálida de la única poetisa, soror Juana Inés de la Cruz. Madrid, 1689, en 8.° de 328 páginas. (N. E. soror, sorore : sor : soeur : hermana : germana; castálida de Castalia)

(2) Poemas de la única poetisa, etc. Barcelona, 1691.


VILLANCICO II DEL NOCTURNO III.


Prosigue la introducción.

(N. E. No se actualiza la ortografía)


Voz. - Pues que todos han cantado,

Yo de campaña me cierro:

Que es dezir, que de Vizcaya

Me revisto, dicho y hecho.

Nadie el Vazquence mormure

Que juras á Dios eterno,

Que aquesta es la misma lengua

Cortada de mis Abuelos.


Vizcaíno.


Señora André (1) María,

Porqué á los cielos te vás?

Y en tu casa Arançazu

No quieres estar?

¡Ay! que se vá, Galdunaiz, (2)

Nere vici gucico galdunaiz. (3)


Juras á Dios, Virgen pura,

De aquí no te has de apartar,

Que convenga, no convenga,

Has de quedar.

Galdunaiz, ay! que se vá,

Nere vici gucico galdunaiz.

Aquí en Vizcaya te quedas,

No te vas, nere viotza; (4)

Y si te vas, vamos todos,

Vagoas. (5)

Galdunaiz ¡ay! que se vá,

Nere vici gucico galdunaiz!

Guacen, Galanta, (6) contigo

Guacen, nere lastana, (7)

Que al Cielo toda Vizcaya

Has de entrar

Galdunaiz, ay! que se vá,

Nere vici gucico galdunaiz!


(1) Andre-a, mujer.

(2) Galdu naiz, me he perdido.

(3) Nere vici gucico galdunaiz, para toda mi vida me he perdido.

(4) Nere viotza, mi corazón. 

(5) Vagoas, nos vamos.

(6) Guacen, Galanta. Vamos, hermosa. - Galant-a, suele traducirse, por grande, hermoso, robusto, rollizo, etc. (N. E. Me suena a Galatea: Según la mitología griega, Galatea era una doncella blanca que habitaba en el mar en calma. Este nombre viene del griego Γαλάτεια (Galateia = Blanca como la leche) que deriva de γάλα, γάλακτος (gala, galaktos = leche, de leche), como en galaxia.)

(7) Guacen, nere lastana. Vamos, amada mía.


III.

Oda “A la Ascensión”.

De Fray Luis de León.

Versión euskara

por

Claudio de Otaegui.

Dialecto de Guipúzcoa.


Todas las composiciones poéticas presentan grandes dificultades para ser vertidas a otro idioma cualquiera, y no es el castellano el que ofrece mayores ventajas para la traducción al bascuence, por la absoluta falta de analogía que existe entre ambas lenguas, tanto en su construcción, como en sus giros, y en los elementos esenciales de expresión.

Y de los poetas castellanos pocos habrá que se presten menos a esta clase de versiones que el insigne Fray Luis de León, y de sus composiciones ninguna quizás más difícil para tal empresa, que su oda 

A la Ascensión.

La composición sólo consiste en unas cuantas pinceladas, pero dadas con tal gusto y tal maestría, con tal tino y tal acierto, que un poco nada más que descienda su tono, pierde ya toda su grandeza, un poco que se eleve, pierde su principal mérito: la sobriedad.

La empresa de verterla a una lengua, tan extraña y tan diversa como la euskara, era, pues, obra de verdadero empeño. Hubo quizás por mi parte, un tanto de temeridad al aconsejar esta traducción al Sr. Otaegui; verdadero valor y conciencia de sus fuerzas por parte de éste, al aceptar mi recomendación.

La versión de la oda A la Ascensión ha sido para mí objeto de inmensa satisfacción, y es para su autor motivo de legítimo orgullo, pues debe ser considerada desde luego como una de las más notables que se han hecho en lengua euskara, por lo perfectamente que el traductor ha acertado a conservar el tono y el carácter del original, sin separarse en un ápice del texto, y trasladándolo, por el contrario, verso por verso, frase por frase, y hasta casi palabra por palabra, sin que hayan desmerecido en nada la grandeza y la sobriedad de la preciosa composición de Fray Luis de León.

El Sr. Otaegui se ha hecho acreedor por ello a un justo aplauso, y los lazos de amistad que a él me ligan no han de ser obstáculo para que se lo conceda de buen grado, y aproveche la ocasión de exponer, siquiera sea sumariamente, los títulos que reúne a la consideración de los amantes de la lengua y la literatura bascongada.

El Sr. D. Claudio de Otaegui, natural de Cegama (Guipúzcoa), y profesor de primera enseñanza hace muchos años de la ciudad de Fuenterrabía, (N. E. Véase la/s etimología/s y toponimia de Hondarribia; hontanar, como la revista de Alustante, fontanar, fontana, font, hond en gascón, fuente, fontis, fons, fonte, &c. como el nacimiento del Henares, en Horna, junto a Sigüenza) comenzó en 1863 sus trabajos euskaros, estimulado quizás a ello por el benemérito Príncipe Luis Luciano Bonaparte, por cuyo encargo tradujo la Doctrina Cristiana al bascuence de Cegama, Hernani, Azpeitia e Irún, versiones que habían de servir más adelante al ilustre Mecenas para importantes estudios lingüísticos.

En 1864 hizo una traducción completa al dialecto guipuzcoano del Evangelio de San Juan, con todas sus notas y comentarios, con destino al Concurso anunciado a la sazón por la Diputación foral de Guipúzcoa.

En 1865 hizo, por encargo del mismo Príncipe Bonaparte, una traducción del Catecismo al bascuence vulgar de Villafranca; al siguiente año acompañó al ilustre filólogo francés en su excursión lingüística por las Amezcoas, y los valles de Salazar y el Roncal (Navarra), quedando después encargado de entenderse directamente, y de servir de intermediario, con las muchas personas del país a quienes el egregio bascófilo había encargado diversos trabajos, base para sus ulteriores estudios.

Durante el mismo año, el Sr. Otaegui hizo una nueva versión de la Doctrina al bascuence de Tolosa, y recorrió el valle de Basaburua (Navarra), para estudiar sobre el terreno e ilustrar al Príncipe Luis Luciano, sobre las más notables diferencias dialectales del lenguaje de aquella región con el común en Navarra y Guipúzcoa.

En 1867 vertió, con igual destino, al bascuence vulgar de Cegama, El Evangelio de San Marcos y el Cántico de los Cánticos de Salomón, y al literario de Guipúzcoa el mismo libro de los Cánticos, el de Ruth, el de Jonás y el Apocalipsis del apóstol San Juan, la mayor parte de cuyas traducciones permanecen inéditas, por causas cuya enunciación no me corresponde, en manos del sabio filólogo que se las encomendó.

En 1869 y 1870 acompañó nuevamente al Príncipe Bonaparte en sus excursiones al país bascongado, cooperando eficazmente a sus trabajos lingüísticos; realizando nuevos viajes a las montañas de Navarra en 1871, para adquirir sobre el terreno mismo importantes y exactos datos, indispensables para la ejecución del notabilísimo Mapa lingüístico de las siete Provincias bascongadas, que a la sazón venía preparando aquel sabio bascófilo.

Desde aquella fecha, el Sr. Otaegui, que ha publicado estos últimos años en la prensa del país algunos otros trabajos literarios de menos importancia, y ha hecho diversas traducciones de otra índole por encargo de distintas corporaciones, sigue siendo, en materias de lengua y literatura bascongada, el corresponsal predilecto del Príncipe Bonaparte, con quien sostiene larga e interesante correspondencia.

Hasta hace poco más de un año, el Sr. Otaegui, no había intentado realizar un solo trabajo en verso; algunos de sus ensayos revelan, no obstante, en él, dotes muy apreciables, y sus traducciones de las odas A la Ascensión y La vida del campo, deben animarle a seguir con preferencia este camino, para el que, en mi opinión, revela facultades más adecuadas que para las composiciones originales.

El laborioso profesor de la ciudad de Fuenterrabía, obtuvo el año pasado en el Concurso de Elizondo, el premio señalado por la Asociación Euskara para el maestro bascongado que hubiere ejecutado más trabajos en lengua ibérica, y me ha favorecido asimismo, entre otras versiones, con varias en prosa de diversas narraciones del insigne Trueba, que no me ha sido posible incluir, por su carácter, en esta serie del Cancionero, a la que estaban destinadas.

Méritos más que suficientes son los expuestos para que el Sr. Otaegui merezca consideración de todos los amantes de nuestro peculiar idioma y nuestra especial literatura, y tengo por mi parte un verdadero placer en darlos a luz, para que sean conocidos y debidamente apreciados.

Hé aquí ahora la oda de Fray Luis de León y su traducción euskara:


A la Ascensión.


¿Y dejas, Pastor santo,

Tu grey en este valle hondo escuro,

Con soledad y llanto,

Y tú, rompiendo el puro

Aire, te vas al inmortal seguro?

Los antes bien hadados,

Y los agora tristes y afligidos,

A tus pechos criados,

De ti desposeídos,

¿A dó convertirán ya sus sentidos?

¿Qué mirarán los ojos

Que vieron de tu rostro la hermosura,

Que no les sea enojos?

Quien oyó tu dulzura

Qué no tendrá por sordo y desventura?


¿Aqueste mar turbado

Quién le pondrá ya freno? ¿quién concierto

Al viento fiero airado?

¿Estando Tú cubierto

Qué norte guiará la nave al puerto?


¡Ay! nube envidiosa

Aun de este breve gozo, ¿qué te aquejas?

¿Dó vuelas presurosa?

¡Cuán rica tú te alejas!

¡Cuán pobres, y cuán ciegos!, ay, nos dejas!

Fray Luis de León.


Jesukristoren igoeran edo igandean. 

(1: Igoera, igande-a, ascensión, elevación. Tratándose de la del Señor a los Cielos, quizás hubiera sido más propio, y desde luego más expresivo, decir Jesukristoren zeruratzean.)


¿Ta uzten dezu, Artzai santua,

Bakardade ta lantuaz,

Ibar ondokai ta illun onetan

Zure jendea (2) emen beraz

Ta zu, autsirik aize garbia,

Betiko bizira zoaz?


Len doatsuak, eta orain triste

Ta atsekabeak diranak,

Azitakoak zure laguntzaz,

Zure mendetik kenduak,

¿Nora itzuliko dituzte bada

Orain beren sentierak?


Zure arpegiren (4) edertasuna

Ikusi zuten begiak,

¿Zeri diote begiratuko

Bekaizten baditu danak?

¿Zer izango ez du gor ta doakabe

Itzeztia (5) adi zizunak?


¿Zeñek parako dio orain brida

Ichas genasi oneri?

Górdea zaudela, ¿nork araudéa

Aize gogor iratuari?

¿Nork erakusko dio bidea

Idorrera (6) ontziari?


¡¡Ai! odeia naia! poz labur ontaz

Ere, ¿zér zera kejatzen?

¡Zeñen ederki urruntzen zeran!

¿Norà ariñ dezu egaatzen?

¡Zeiñ bearrean ta zeñen itsu

¡Ai! gaituzun lajatutzen!


Claudio de Otaegui.


(2) Zure jende-a, tu gente, tu grey.

(3) Emen beraz, por emen bean.

(4) Arpegiren, contracto por arpegiaren.

(5) Itz-eztia, lit. palabra dulce. ¿Quien escuchó tu dulce voz, qué no tendrá por sordo y desventura?

(6) Idorrerá, legorrerá, a seco. Es decir, ¿Quién enseñará el camino a tierra a la nave? Idorrerá está empleado por baionará, portura, y es ciertamente más poética la voz.


IV.

DIES IRÆ...

Versión euskara, dialecto guipuzcoano,

por

El P. José Ignacio de Arana.

Entre las Poesías religiosas publicadas en el tomo IV de la serie II, ofrecí una traducción bizcaína de este grandioso himno, en el que se representan con los colores más lúgubres y solemnes a la par, las alegrías y las tristezas que deben animar el episodio terrible y conmovedor del fin del mundo y del juicio postrero de los hombres.

A continuación tengo el gusto de dar a conocer un nuevo ejemplar del mismo himno, vertido al dialecto guipuzcoano por el ilustrado bascófilo D. José Ignacio de Arana, de la Compañía de Jesús, uno de los escritores con cuyos trabajos se honran hoy más la literatura y la poesía euskara.

El P. Arana, el más profundo y elegante quizás de entre todos los poetas que rinden hoy culto a la Musa bascongada, nació en la villa de Azcoitia, cerca de Balda, solar materno de San Ignacio, y en dirección a Loyola, casa paterna del ilustre fundador de la Compañía de Jesús, en la casa llamada Baroikoa, o del Barón, siendo bautizado en la parroquia matriz de Santa María de la Asunción, de aquella villa, el 26 de mayo de 1838.

Pasó su niñez, y recibió su primera educación, en la villa nativa, y en Amézqueta y Ezquioga, cursando poco después la segunda enseñanza, y el estudio de las lenguas castellana, latina y griega, en Azcoitia, Albistur, Aránzazu y Pamplona.

En 1854 ingresó en Loyola en el noviciado de la Compañía de Jesús, institución a la que pertenece desde aquella fecha.

Los puntos principales en que ha habitado por razón de sus estudios superiores, enseñanza y ministerio sagrados, son: Loyola, Salamanca, León, Carrión de los Condes, Orduña y Zarauz, en España, y en Hagetman, Bayona y Poyanne, en la vecina Francia, a donde se ha visto desterrado por tres veces, como miembro del instituto religioso a que pertenece. (N. E. Véanse los diferentes destierros de los jesuitas)

A principios de este año ha regresado nuevamente a la tierra nativa, entrando a formar parte del profesorado del Colegio de segunda enseñanza, fundado en Orduña (Vizcaya) por la Compañía.

En la última década ha escrito la obra titulada Vidas de algunos claros varones guipuzcoanos de la Compañía de Jesús (1) (en colaboración con el P. García, y el H. José R. Lizargarate); un Compendio de la Vida de San Ignacio de Loyola, en bascuence y castellano, (2) un librito relativo a la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús; una versión del latín en zortzicos euskaros del Breve oficio sobre la purísima Concepción de la Virgen; (4) y otro pequeño opúsculo en latín, impreso en Toulouse en 1875.

Como poeta el P. Arana ha escrito numerosísimas composiciones, muchas de las cuales figuran en diversas obras piadosas, algunas que han sido leídas en las Academias que celebra su instituto, otras, como la oda inédita a Elcano que doy a conocer en este mismo volumen, que han sido laureadas en público certamen, y buen número que aún permanecen inéditas.

En esta serie doy a conocer algunas de éstas, gracias a la complacencia de su autor, que se ha prestado gustoso a ello.

Tengo entendido que el P. Arana tiene además comenzados diversos trabajos sobre literatura y métrica euskara, que sería de desear pudiera dejar terminados, según se lo vayan permitiendo las ocupaciones de su sagrado ministerio.

A continuación encontrará el lector su versión euskara del Dies irae, composición sobre la que expuse ya un breve juicio, y de la que di el texto latino en el citado tomo IV de la serie II.

(1) Tolosa, en la imprenta de Modesto Gorosabel y Cía, año 1870. 

Obra costeada por varios bienhechores.

(2) San Ignacio Loyolacoaren bicitza laburtua euskaraz eta gaztelaniaz

- Bilbon, Larumbe anayen moldizteguian, 1872. - Este libro contiene al final dos curiosos apéndices sobre el bascuence, sus diversos dialectos, y la ortografía euskara, y varias composiciones religiosas del autor.

(N. E. San Ignacio, no escribe ni Iñaki ni Natxo.)

(3) Jesus-en Biotz Sagraduco Billera santu edo Congregacioaren gañeco cerbaitzuec dacazquien liburuchoa. - Vitoria, viuda de Egaña e hijos, 1870.

(4) Ama Virgiña guciz garbi Concepciocoaren Oficio laburra, (N. E. mira que llamarle la burra a la madre virgen de Josu, al menos haberla llamado Ternera, como el conocido etarra...) 

latiñezco itz neurtuetatic eusquerazco zortzicoetara itzulia. Erroman, Propagandaco moldizteguian, 1872 garren urtean.


DIES IRÆ...

Versión euskara. (Dialecto guipuzcoano).


Hura bai egun izugarria,

David erregek digunez

Zeñean dana da auts biurtuko

Jaungoikoaren asarrez.


¡Zeiñ bildur eta ikara orduan

Izango dira gizonak

Juezak (1) zuzen pisatutzean

Egiñak charrak edo onak!


Mundu guzian izugarrizko

Tronpeta baten soñura, (2)

Obietatik jaikiko dira

Jaungoikoaren tronura. (3)


Geldiko dira zeru ta lurrak

Ta eriotz-bera izutua,

Eman bearrik gizon pistubak

Jainko Juezari kontua. (4)


Liburu bat an agiriko da,

Nun egongo dan jarririk,

Mundu onetan zer egiñ degun

Onikan edo gaizkirik.


Charkeri danak an izango du

Merezi duen minpena, (6)

Juezak zorrotz jartzen danean

Agertuko du gordeena.


¿Zer esango det? ¿Zeiñ artuko det

Nik bitarteko ta buru,

Justua bera egongo bada

Estu-estuban seguru?


¡Errege itzaltsu bildurgarria,

Nor-nai salbatzen dezuna! (7)

Errukiz arren salba nazazu, (8)

¡O iturri oparo biguna! (9)


Oroi zaite bai, Jesus maitea,

Nigati etorri ziñala, (10)

Ez utzi galtzen egun artan ni,

Salbatu al nazun bezala.


Nere billan zu nekatu ziñan

Gurutze baten ill arté;

Erosi nazu: (11) lan ori galtzen

Ez nadilla izan ni parté.


¡O Juez zuzen ordañ-zalea!

Erregutzen det geiago;

Arren barkatu egun gorri hura

Irichi baño lenago. (12)

Gaizkille-baten eran negarrez

Lotsaz arpegi gorririk, (13)

Barkazio eske nago, Jainkoa,

Begiyak ezin jaikirik.


DIES IRAE...

Versión castellana. - (Anónima.)


Día de ira, cuán terrible,

Según David y Sibilas, (N. E. Sibila)

Aquel en que todo el mundo

Convertiráse en cenizas.


¡Cuán grande será el temor

Cuando Cristo, con divisa

De Juez, venga a tomar cuenta

Rigurosa de la vida!


Convocará una trompeta

Terrible, que será oída

En todo el mundo, a los muertos

Para que ante el Trono asistan.


Llena la naturaleza

De espanto, y la muerte misma,

Verán como a ser juzgado

Todo hombre resucita.


Se manifestará un Libro

En que se verán escritas,

Para juzgarles a todos,

De todo mortal las vidas.

Luego, como el Juez se siente,

Lo más oculto a la vista

Se pondrá, y no habrá culpado

Con quien no se haga justicia.


Qué haré yo, cuitado entonces?

Quién habrá que por mí pida,

Cuando en el juicio supremo

El justo apenas respira?


Rey de majestad tremenda,

Vos que dais la eterna vida

Graciosamente, salvadme,

Fuente de piedad divina.


Piadoso Jesús, no olvides

Que por mí fue tu venida

Al mundo; y así, el que yo

Te pierda, no lo permitas.


En buscarme te cansaste,

Padeciste la ignominia

De la cruz por redimirme:

No se frustren tus fatigas.


Justo Juez de las venganzas,

Remitid las culpas mías,

Antes que de nuestro juicio

Llegue aquel tremendo día.


Gimo y lloro como reo,

Y me avergüenzo a la vista

De mis pecados: Dios mío,

Perdona al que te suplica.


Vos que oíste al buen Ladrón

Y perdonaste a María,

En ellos me diste a mí

Esperanza firme y fija.


De conseguir el perdón

No son mis plegarias dignas;

Líbrame del fuego eterno

por tu bondad infinita.


Ponme entre los escogidos,

De los precitos me quita,

Colocándome a tu diestra,

Donde todo bien estriba.


Arrojados los malditos

A aquellas llamas continuas,

Llámame con los benditos

De tu Padre, gloria mía.

Humilde y postrado os ruego,

Deshecho como ceniza

El corazón, que mi bien

Y mi último fin consiga.


Lamentable día aquel,

En que el hombre que yacía

Hecho polvo, resucite

A ser juzgada su vida.


Perdona al hombre, Dios mío;

Piadoso Jesús, consigan

Paz y descanso las almas,

E ir a gozar de tu vista.

Amen.


(1) Juez-a. Sinónimo euskaro puro, ekadoi-a.

(2) Tronpeta baten soñura, al son de una trompeta... El bascuence tiene como propia equivalente de tronpeta, la palabra durundu-a, turuntu-a o turrunta, voz llena y sonora, de cierta armonía imitativa, y que parece expresar, por sí sola, un sonido fuerte y prolongado. (N. E. Así fue el sonido de las siete trompetas de los siete sacerdotes en Jericó, con Josu : Josué a la cabeza. Cada uno de ellos hablaba un dialecto euskera. La primera gramática euskera batúa estaba dentro del arca de la alianza, pero la robó Indiana Jones. Quizás esté traspapelada, cerca de la piedra Rosetta, en el museo británico de Londres. Egipto la reclama.)

(3) Sinónimo euskaro de tronua, jargoya.

(4) "Cielo y tierra, y hasta la misma muerte, quedarán asustados al ver que los hombres resucitados (pistubak) tienen que dar cuenta a Dios... de su pasado."

(5) Onikan edo gaizkirik. Todo lo que hemos hecho en este mundo de bueno o de malo.

(6) Charkeri danak... Toda maldad tendrá allí el condigno castigo (minpena).

(7) Nor-nai salbatzen dezuna, lit. que salvas a quien quieres.

(8) Salba nazazu... ¡Sálvame! - En el sentido de salvar dando la gloria eterna, el P. Larramendi señala, con mucha propiedad, el verbo gozabetatu. (N. E. De beti + gozoa, gozo eterno, gloria eterna.)

(9) ¡O iturri oparo biguna! ¡Oh, fuente por demás piadosa!

(10) Nigati etorri ziñala... mundura edo lurrera...

(11) Erosi nazu, lit. cómprame; esto es, redímeme. (N. E. Eroski)

(12) Arren barkatu... perdóname por piedad, antes que llegue aquel terrible día (egungorri hura).

(13) Lotsaz arpegi gorririk, o arpegia lotsaz gorriturik... enrojecido de vergüenza el rostro...

(6) Es el verbo emon, b. eman, g.

(7) Sinónimos euskaros de Kulpa: errua, gaizkita, ogen-a variante de este verso del mismo autor: Askatuta erruen.

(8) Sinónimos puros de esta voz: doai-a, doain-a.

(9) Bide-ziurra, lit. camino estrecho, atajo, sendero.

(10) Alabanza... "Es voz bascongada: sin añadir ni quitar letra significa semejanza de hija; y como es natural hablar con cariño y estimación de una hija, así a las expresiones de aprecio y estimación en favor de alguno se dio el nombre de alabanza." (LARR.) 

(N. E. La palabra "alabanza" está formada con raíces latinas y significa "cualidad del que da elogios". Sus componentes léxicos son: alapari (jactarse), más el sufijo -anza (sustantivo verbal que indica cualidad) – Véase laude: loar).

(11) Sin. euskaros del verbo unjidu: gantzutu, likayotu. 

(12) Tanto la voz onoria (onorea u ohorea), como las correspondientes castellana, latina y francesa, honra, honor, etc. (onrea onra), proceden, según el P. Larramendi, y Chao encuentra también lógica la etimología, del bascuence on-or, que equivale literalmente a bien ahí. On-a, hon-a, o hun-a, según los dialectos, vale tanto como bueno (bon), excelente (excellent), perfecto (parfait). (N. E. La palabra "honor" viene del latín honos, honoris, que describía ciertas cualidades (rectitud, decencia, dignidad, gracia, fama, respeto, etc.))

(13) Variante. - En borradores del autor aparece la siguiente:

"Arren ontzat artuizu

Nik zu alabetia,

Birjiña Ama Marija

Grazijaz betia...”

(14) Leku nai diot... Está suplido el verbo eman. Leku eman nai diot...

(15) Su ta garrezko leizean... Al perderse para siempre todos los malos en el abismo de fuego y llama...

Aquí nos encontramos nuevamente con la voz su-leiza, su-lezea o su-leza, (ígneo - abismo, infierno), de que he hecho mención en la nota 1 de la página 246, voz empleada también por el mismo Azcue en su versión bizcaína del Dies irae, estrofa 15, verso 5:

“Joan ez nadin suzko lezara

Jauna Jauna dan artian.”

(16) Makurturik autsetaraño biotza. Cor contritum quasi cinis.

(17) Azaroa o Azilla, es el mes de noviembre.

Vocabulario basco - castellano - francés - A - Z

Vocabulario basco – castellano – francés de todas las voces euskaras contenidas en este volumen. (N. E. Consultar también  https://euskara-e...